Carmen: Gitana seductora
“Carmen” de Georges Bizet. Gran Teatro Nacional. Solistas: Nancy Fabiola Herrera, Eduardo Sandoval, Jacqueline Terry, Alfredo García, Flora Cabrera, Edda Paredes, Xavier Fernández, Wilson Hidalgo, entre otros. Coro Nacional, Coro Nacional de Niños, Orquesta Sinfónica Nacional. Dirección escénica: Walter Neiva. Dirección musical: Julian Kuerti.
Por Gonzalo Tello
Aunque subir a escena uno de los títulos mas conocidos y populares del repertorio operístico puede resultar siempre un éxito de ventas, el no explotar al máximo sus recursos puede prestarse a odiosas comparaciones. Es lo que ocurre con la ambiciosa propuesta del Coro Nacional del Perú, que presenta su quinta temporada de ópera en el Gran Teatro Nacional con la ópera mas famosa de Georges Bizet. “Carmen” fue criticada en su estreno y su creador no pudo gozar de su éxito. Es mas, ese rotundo fracaso del estreno puede haber precipitado su prematuro desenlace. Sin embargo, “Carmen” ha trascendido las épocas, y esta audaz historia de la gitana causa revuelo y seduce hasta nuestros días.
La española Nancy Fabiola Herrera está vinculada al rol de Carmen por años en los principales teatros del mundo, por lo cual que su nombre esté presente en nuestras temporadas locales es todo un lujo. Su interpretación es correcta aunque muy tradicional. Destaca en la “Habanera” y la “Seguidilla”, demuestra presencia y autoridad en el segundo acto, durante la escena “Les tringles des sistres tintaient” junto a una entregada Edda Paredes como Mercedes y a Flora Cabrera como Frasquita, la cual se desbordaba en volumen . Aunque la voz de Herrera ha pasado la plenitud y se percibe fatiga hacia el tercer acto, sabe expresar la emociones del personaje y conectar con el público.
El tenor español Eduardo Sandoval como Don José tiene la potencia adecuada, pero carece de química con Carmen y de los matices necesarios para interpretar el rol, especialmente en la escena de la flor “La fleur que tu m’avais jetée”, momento cumbre que requiere una delicada e íntima dedicación . Sin embargo, da una soberbia versión al final del tercer acto y en su escena del último acto.
El torero Escamillo tiene todo para robarse el show, pero no fue el caso del barítono Alfredo García, quien no posee el timbre y potencia necesaria para trascender orquesta y coros, y es totalmente opacado en su gran entrada “Votre toast”.
Jacqueline Terry como Micaela se entrega al rol y destaca con belleza lírica en su gran aria “Je dis que rien”.
Uno de los momentos mejor logrados fue el quinteto del segundo acto, en que los artistas nacionales Wilson Hidalgo, Xavier Fernández, Edda Paredes, Flora Cabrera derrochan gracia y profesionalismo en esta compleja escena.
Walter Neiva presenta una dirección tradicional, en que no hay unidad coreográfica y de alguna manera tenemos una versión anticuada con muchos vacíos. El último acto rompe la trama y mas parece una revista musical.
La dirección de arte de Pepe Corzo es minimalista y elegante, pero ese recurso le juega una mala pasada con una escenografía incompleta, que luce simple por momentos. Visualmente el tercer acto es el de mayor impacto, pero se pierde con la escenografía que no solo cuelga sino que también se tambalea en el acto final.
El diseño del vestuario luce imponente, aunque la mezcla de colores y texturas resulta confusa. Corzo es fiel a sus colores profundos aunque sus acabados no terminan de lucirse del todo.
El Coro Nacional destaca con una gran fuerza vocal y demuestra mucha dedicación, tanto en lo vocal como lo escénico, aunque la dirección no los guíe adecuadamente. El Coro Nacional de Niños destacó especialmente y se lució con gran lirismo y destreza escénica. Fue un placer verlos no solo actuando adecuada y estrictamente sus indicaciones, sino en el volumen y energía que le dieron a su escena del primer acto “Avec la garde montante”.
El director canadiense Julian Kuerti cumple un buen rol con ritmo y adecuados balances frente a la Orquesta Sinfónica Nacional, a la que aún le cuesta interpretar este tipo de obras con sutileza.
Aunque esta “Carmen” no es precisamente lo mejor que se ha visto en las temporadas de ópera en el GTN, la popularidad de la obra garantizará un lleno total y aceptación del público, por el atractivo de su música y enganche con la historia.
(Publicado en Luces de El Comercio el 24 de mayo del 2016).