La apasionante Ruta del Sol
Un grupo de peruanos se aventuró a seguir en moto el camino que tomaba el oro en la época de la Colonia desde Lima hasta Cartagena de Indias en Colombia
La ruta fue hacia el norte, con cuatro motos y una camioneta. El equipo integrado por Rafael Belmont, Diego Ipince, Marco Peter, Edwin Derteano, Carlos Conan Muñiz, Fred Fuentes, Arturo Távara y José Romero, partió con rumbo conocido. La misión era recorrer la misma ruta por la que la Corona española sacaba los tesoros del Imperio Incaico y los enviaba rumbo a España. La tarea no era fácil, había que recorrer muchos kilómetros de carretera que por suerte estaban en excelente estado. Salimos de Lima, recorriendo la costa norte de nuestro país, traspasamos Ecuador y terminamos el recorrido por toda Colombia hasta llegar a la ciudad de Cartagena de Indias, uno de los puertos más importantes del país cafetalero y el punto principal desde donde salía el oro hacia Europa. Fueron 16 días de viaje y más de 5.000 kilómetros de un recorrido emocionante y diverso por la “Ruta del Sol”.
La expedición en motocicleta recorrió los reinos y civilizaciones prehispánicas del norte -donde el oro era la conexión inmediata con el dios Sol- por una de las rutas más importantes y hermosas entre Perú, Ecuador y Colombia, para lograr la integración de los pueblos a través del deporte, la aventura, la historia, la ecología y fundamentalmente las riquezas turísticas.
El proyecto captó la atención de los miembros de la embajada de Colombia en nuestro país, que vio la oportunidad ideal de promocionar el turismo hacia su país apoyando al equipo de aventureros en su paso por el vecino país del norte. Fueron dieciséis días disfrutando de destinos paradisíacos, históricos y naturales.
LA RUTA
Salimos de Lima por nuestra Panamericana Norte con sus largas rectas sobre desiertos interrumpidos de rato en rato por fértiles valles. Aquí la maravillosa soledad de la moto en compañía del sonido del viento te invita a pensar. El desierto también tiene su encanto.
Dormimos en Trujillo para visitar temprano la gran ciudadela de barro de Chan Chan, para luego continuar hasta Piura viendo grandes extensiones de áreas cultivadas que hace poco eran desierto y que hoy generan inversión y trabajo.
Después llegamos al alegre pueblo de Máncora para cargar energías que necesitaríamos para avanzar hacia el Ecuador. Cruzamos la siempre pesada frontera de Aguas Verdes para llegar a Guayaquil, ciudad que tiene muchos avances que mostrar, como el bello y moderno malecón sobre el río Guayas. El viaje de Guayaquil a Quito fue muy lindo, rodeado de cerros con vegetación ecuatorial y paisajes muy vistosos. En esta ruta tuvimos nuestro primer encuentro con lluvia torrencial. Llegamos a Quito, visitamos la línea ecuatorial y el centro de la ciudad de diseño colonial, muy bien cuidado y con un buen sistema de transporte urbano de buses eléctricos. Después, directo a Colombia. El primer destino cafetero sería Pasto.
En el Perú y Ecuador la carretera es buena. Menos señalizada en el país bananero pero, dentro de todo, buena. Sin embargo, en Colombia la carretera es fenomenal. “Las señales están muy bien ubicadas, la pista es estupenda, están hechas para correr en cualquier condición climatológica, ya que hasta con lluvia torrencial fue perfecta. Las motos y la camioneta nunca patinaron y tuvimos una muy buena performance.
Colombia es un bello país que estuvo muchos años secuestrado por la violencia y hoy comienza a mostrar, al mundo en general y a países vecinos en particular, muchos atractivos que van desde bellos paisajes, historia, turismo de aventura y mar caribeño. Para nosotros en Colombia todo fue alegría. Los colombianos nos trataron de maravilla, en cada pueblo al que llegábamos teníamos a un guía esperando para que pudieran indicarnos qué conocer mejor en cada lugar.
Estuvimos en Armenia, San Gil (donde pueden hacer deportes de aventura como canotaje), Bucaramanga, Bogotá, Quindío (donde están El Parque Nacional del Café y un parque temático) y Santa Marta (horas de diversión echados en la playa tropical).
Y por fin, después de más de 5.000 kilómetros, llegamos a nuestro destino, Cartagena de Indias. Parecía que a lo largo de todo nuestro recorrido siempre hubiésemos estado allí. Un lugar hermoso como el norte peruano, increíble como el país ecuatoriano y caribeño como la tierra colombiana. Las únicas armas que encontramos en este último país están allí, en Cartagena de Indias. Son unos viejos cañones que nos hablan de historia, pero sobre todo de riqueza. De la riqueza de estas tierras colombianas donde el único riesgo… es que te quieras quedar.
TÚ TAMBIÉN PUEDES HACERLO
Hoy, con tu moto, camioneta o auto, tarjeta de propiedad y DNI puedes salir de viaje a países vecinos, añadiendo una aventura para el recuerdo a tu vida y a la de tu familia. Viajar por carretera tiene un encanto muy especial, interactúas con mucha gente y conoces muchos más lugares.