La sinceridad y la vida
No se puede ser feliz sin una dosis de locura, de riesgo y sinceridad. En cierta forma los tres términos se emparentan para constituir una forma de vida no exenta de peligros.
Y aquí viene la polémica a tenor de mi experiencia con la sinceridad (que pese a los estropicios no deseo abandonar). Dice Barcia: “El sincero es siempre digno de estimación. El franco agrada a todos los que lo conocen…”
Haga la prueba y luego comparta su experiencia aquí.
INSTRUCCIONES PELIGROSAS, SOLO RECOMENDABLES PARA QUIEN QUIERA VIVIR
1. Diga lo que piensa aún cuando lo abrume o amenace la mayoría.
2. Si a alguien quiere o alguien le atrae, dígaselo sin más, sin máscara ni subterfugio. El pudor no sirve para vivir.
3. Defienda aquello en lo que cree. Sea frontal sin agresión, con serenidad absoluta, con respeto y buen gusto. El que se sobresalta y el que se pica…pierden.
4. No quite los ojos de aquellos ojos. También la verdad se comunica con la mirada.
5. Dígale a aquel que odia su vestimenta o el detalle ridículo que exhibe sin más…O por lo menos no endulce el oído envuelto en una simulación.
6. No tema en franquearse con quien le es antipático, ruin o malévolo.
7. Elogie más allá de su envidia y si envidia también dígalo y prepare el paracaídas.
8. Sea sincero con sus resortes pasionales. Haga lo que quiere hacer, bese más, ame más, rompa aquellas costuras y aquellos esquemas que hace tiempo quiere romper.
9. Vuelque sus críticas hacia usted mismo. El autojuicio resulta terapéutico. Sea severo. El examen de conciencia es más diligente que el psicoanálisis.
10. Sea usted, aunque a nadie guste su estilo y su sustancia, pero sea usted. No admita los chantajes al costo de su libertad.
11. Abrace, tienda la mano, compre, busque, tiente, explore, no se inhiba.
12. Que la opinión ajena no sea su cadena y no se arredre si peca de exceso en la expresión, si abunda en decir lo que ya dijo, si hace aspavientos de su pasión. Ser sincero puede lindar con el ridículo, pero siempre se mantendrá dentro de los territorios de la dignidad. La dignidad no tiene careta.
13. Escriba lo que el corazón le dicte. Luego ponga a funcionar su cabeza. No al revés. Salvo que lo suyo sea la ciencia, pero hasta la ciencia se inicia con un ápice de inspiración.
14. Sea leal y agradecido con quien le hizo bien, con quien le abrió su puerta, con quien le dio su pan…
15. Sea poeta, hay más verdades en la poesía que en todas las filosofías.