La Papa Cósmica, una nueva propuesta de poesía y música
Una tarde de Junio del 2011, se juntaron en una casa de Miraflores un grupo de amigos para disfrutar de una conversación coloquial. Durante esa conversa, se hablo la posibilidad de hacer un recital de poesía y música. Es así, que nace la Papa Cósmica, un colectivo cultural peruano, que se funda por Anahí Vásquez-de-Velasco, Tutti Tudela, José Carlos Botto Cayo y José Ignacio López.
Es gracias a Tutti que nace el proyecto, ya que es ella quien une a este grupo de amigos en su casa para que se conozcan, y conversen de las ideas que cada uno tenían y que coincidían en muchos puntos.
La primera Papa Cósmica 21 de julio del 2011.
El 21 de julio del 2011, se realiza en el distrito de Miraflores, la primera presentación de la Papa Cósmica. En ella participaron los poetas Anahí Vásquez-de-Velasco, José Carlos Botto Cayo y José Ignacio López. Teniendo como poetas invitados a Indira Anampa, Maoli Mao, Carlos Luján Andrade, Willy Gómez Migliaro y Jordy Valderrama.
Como músicos invitados estuvieron Joni Chiappe y José Ignacio López.
La dinámica que se empleó fue una ronda de lectura de poesía, donde cada poeta leía un par de poemas, con música que iba sonando de forma simultánea. Se dieron dos rondas de lectura para luego, dar paso a la música que fue interpretada magistralmente por Joni en los teclados y por José Ignacio en voz.
Seguidamente ambos musicos interpretaron algunos temas, con lo que se cerro la presentacion de La Papa Cósmica.
Algunos poemas de esa fecha:
Ciudad – Indira Anampa Santa Cruz
Tu ciudad es una piedra helada, donde se aglutinan hombres como peces en un cesto. Sin calor sin alma y demasiada sal. Mientras yo he dado tantas vueltas por el bosque que he perdido el rastro de vuelta. Perdí la voz, y solo quedo tu nombre para el viento, este me ha acompañado resonando durante el viaje. Tu ciudad seguirá siendo el mito de mujeres traspapeladas y animales mediterráneos. Un caballete abandonado y la pintura aún fresca en el piso de esta casa, un gran cesto de peces en medio de la habitación. No me llevé nada más del viaje. Ahora una sensación de desconsuelo y un teatro de vírgenes que se desgarran las piernas me circundan. Me hallo en una casa oculta tras el estigma de arboles si copa. Una vieja casa de palisandro, donde las mujeres yacen extenuadas y frías. Aquí hay más mujeres para enterrar. Nada de limpiar ni zurcir, solo enterrar. Las mañanas y la tarde me sofocan porque el credo de esta casa son aullidos y voces pantanosas. Mis voces guardadas en el secreto de estos muros. He dormido toda la tarde, aún queriendo no hacerlo recurrí a invocar a las montañas un designio, una veta, una salida. La filosofía y los cerros guardan el fragor de las batallas perdidas, solo enseñanzas reciclables. Me voy. Me voy azotando las puertas con mi cuerpo, aun así, no estarás a seguirme. Te he pateado tanto en la espalda, las piernas y el rostro que mis falanges han desubicado su orden natural. Sé que andas escupiendo sangre, desbordando el amor por la boca. Casi al final de la aparición de la muerte, los peces escupen el anzuelo, otros simplemente son encontrados con el anzuelo en las entrañas. Escupirás tanto, que cuando tus labios sientan agrio ya me habrás de odiar. Me voy. Estoy yendo lejos y no necesito compañía si algún día me encuentras, no la necesitaré hasta que yo misma rompa mis costillas y no pueda caminar. Reventaré mis costillas de tantas caídas
Perol de escollos – Willy Gómez Migliaro
PEROL DE ESCOLLOS & MALLAS COMO REGIÓN del sol y el eco en redes después el huésped los mástiles o la extracción del veneno detrás del collado con biólogos desde la fe en los talones cuando occidenta sin fin aún el candor de nuestras costas o la angélica Beatriz forzada entre lenguas al turbión o al dédalo sin país sin fieles debe amor o tropelías desde Horacio o la duda de Daniel al arrebato del sexo marcar limpieza vaciar el yodo hasta conocer salas de espera lentejas piedras de azúcar todo parte del proceso de la precisión de los almacenes o definición del interés o ya hacedor de canto celebrar la estupidez de un pueblo deificado por su tasa entre locales o controlar los medios solo al cálculo del trabajo para no ser ningún hombre discípulo de ningún hombre en movimiento cerrado o un escalador al final detrás de la fila como árboles sobreviviendo a otra crisis o trayendo moscas desde otro campo
(Inédito)
Nina – Jordy Valderrama
Regreso al antiguo lugar
al lugar de siempre
aunque sea sólo para mi
y tú no estás.
En la mesa del café
el brillo de antaño
ha sido carried away
arrasado por innumerables
barridas de esponja.
Así que tu reflejo no ha penetrado
su piedra
como yo siempre
al mirarla deseaba.
Las cosas, eso sí, cuelgan de
las paredes o descansan sobre repisas mil
como siempre pulidas,
relucientes
pero abandonadas.
El trovador nunca estuvo
al mismo tiempo que nosotros
o tal vez lo estuvo en mi,
cuando contaba los segundos
de mi vida pasada ante
tus ojos inauditos y sedientos.
Pero mi fuente se acaba
siempre contigo
pues el real
contacto
siempre fue de mi
parte, cobarde. Siempre
escapando de tu sonrisa
demasiado bella para ser cierta
o (al menos) para estar dirigida a mi.
Tu cuerpo redondo
llenando
mis vacíos angulosos
regresa a mi
y yo, teniéndolo entre mis manos
no sé que hacer
o peor
sé perfectamente qué hacer
pero no puedo, no puedo
todo sería demasiado evidente
y estoy cansado de cargar
con mis ganas
para todos lados.
¿Cómo traducirte mi universo,
cómo aventurarme en algo que
ni siquiera es mío del todo ?
Solo destapo el vacío redondo
de mi cama
y allí te sueño.
Invasores espaciales – Carlos Luján Andrade
Detenido junto al vértigo observatorio,
Uno con el índice
La conmoción de formas estelares y
La frágil constelación asida no alcanza el hastío.
Al desordenar los nimbos la diviso,
Era de cabellos negros
Cubierta de una piel nacarada que asfixia el aliento:
La hija del vuelo misterioso y
Del intento de viaje interestelar.
Y yo la espero sobre el gigantesco mundo donde ignaro habito.
En él, viertes tu tibio perfume satelital,
Similar al descenso de las siluetas nocturnas
Dibujadas por las sondas volátiles
Que sobre el páramo
También se bañan con tus chascos de doncella refractaria.
Estás dirigida y apresurada,
Expulsada con lenta agonía a lo explosión de supernova
Pues te imagino tentando seductora abducción
Lanzando lumbre guerrera de tu boca.
Y sin embargo, en alta mar o en
La amplitud de tu cósmico vacío,
¿Hay lugar para mí?
Descendida de Saturno o de Galaxia Láctea,
¿Es que no lo hay?
Porque esta noche me sobrevuelas
E inadvertido de visiones
Sueño que juro ser testigo
De la visita de furtiva invasora espacial.
La vida – Jose Carlos Botto Cayo
La vida pasa
no la vemos
no la sentimos
no la entendemos
Corre suavemente a nuestro lado
acariciando el rostro
buscando comunicarse
en un lenguaje invisible
Ella se desespera
sin detenerse atrevida
solo corre y descorre
iluminando los días
La vida pasa
no avisa
no entiende
no sorprende
Solo cumple su ciclo
regalándonos caricias
en un viaje de delicias
Cuantas veces en su silencio
desesperados y angustiados
dejamos el dolor correr
en los brazos de la muerte
Una vida que no aguanta
corre sin detenerse
como una amazona en fuga
buscando un solo silencio
Vida eterna y serena
cuantas carreras me llevas
en este cuerpo de cielo
que hoy busca tu cuerpo
Tenetud – Anahí Vásquez-de-Velasco Z.
No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Khalil Gibran
que no tengo un hijo de ojos negros
ni marido que amar ni que me ame
ni madre ni hermana ni padre extravagante
que no tengo casa ni vestido ni un parque
para dar la vuelta si ni tengo pétalos ni hojas ni árboles
en domingo si no tengo ni mañana ni semanas ni años
ni un camino que pisar si ni tengo pies para andar
que no tengo dinero ni para qué pedirlo sin bolsillos
que no tengo ni siquiera ojos ni boca ni piel ni oídos
ni una nariz que huela todo lo que no tengo
que no tengo nada más que eso
que es lo mismo que todos tenemos
y que más bien nos tiene y que siempre nos ha tenido
así
eternamente.