Simeon Coxe de Silver Apples: "La música electrónica siempre fue la evolución natural del rock"
No solía recibir aplausos del público al principio. En 1968, el dúo neoyorquino Silver Apples publicó su disco debut y brindó una serie de conciertos para darlo a conocer. La gente no entendía aquellos sonidos futuristas que generaba el artefacto construido por el propio Simeon Coxe con varios circuitos eléctricos.
Hoy, ese álbum es considerado trascendental para la historia de la música electrónica. Y el artista ha sido elevado a la categoría de pionero. Mañana viernes se presentará por primera vez en Lima, como parte del V Festival Integraciones de Fundación Telefónica.
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—¿En algún momento de los años sesenta eras consciente de que estabas abriendo el camino de la música electrónica?
Simeon: Nunca lo pensé. Incorporar los osciladores [aparatos que generan sonidos a partir de impulsos eléctricos] fue parte de un proceso creativo que tenía como objetivo eliminar las guitarras y los bajos. Junto al baterista Danny Taylor, quien integró Silver Apples conmigo, quería crear música divertida. Algo que la gente pudiera bailar y escuchar cuando quisiera.
—No apuntaban a ser originales…
S: Buscábamos nuestra propia identidad musical. En esa época, muchos artistas tenían la intención de incorporar sonidos electrónicos al rock and roll, pero ni siquiera los conocíamos. Tampoco nos influenciaron.
—¿A qué artistas le atribuirías una influencia directa en tu música?
S: Yo viví mi infancia en Tennessee y disfrutaba mucho del bluegrass y el country. Nunca me interesó el jazz, por ejemplo, pero hacia la adolescencia me centré en el R&B. Artistas como Fats Domino, Big Mama Thornton, Little Richard, Joe Turner, Chuck Berry, todos ellos me impactaron en su momento y guiaron mis posteriores creaciones. En forma especial Fats Domino, por su simplicidad al combinar melodías y ritmos.
— En 1968, cuando lanzaste tu primer álbum, la escena musical estaba dominada por The Beatles, The Rolling Stones y otras bandas de rock and roll y pop.
S: Las bandas que mencionas siempre me parecieron interesantes como un fenómeno popular. Sin embargo, no me llamaban mucho la atención. Solía decir que su propuesta era de música ‘chiclosa’, pegajosa pero hecha para el entretenimiento.
— Al año siguiente del disco debut, publicaste un segundo álbum, “Contact”. Luego, Silver Apples desapareció durante más de dos décadas. ¿Por qué sucedió esto?
S: Nunca entendí bien por qué. Simplemente pasó. Yo decidí dedicarme a mi pintura y a realizar exhibiciones en varias galerías de Estados Unidos. Danny [Taylor] también se dedicó a sus asuntos. Solo estuvimos de acuerdo en que si no podíamos ser los Silver Apples, entonces era mejor olvidarnos de la música. Y así lo hicimos hasta 1996.
— Precisamente, a mediados de los años noventa se reencontraron.
S: Sí. Un sello discográfico de Alemania redescubrió nuestros primeros álbumes y decidió lanzar un disco no oficial que incluía todas estas canciones que hice en los años 60. El interés por nuestra música creció. Muchos disjockeys solicitaban las canciones de Silver Apples y decidí resucitar el dúo.
—Muchos artistas y bandas contemporáneas consideran a los Silver Apples como una influencia musical ineludible. ¿Tú disfrutas de la música actual?
S: Realmente amo todo lo que escucho. Diría que soy el peor crítico musical que puede existir [risas]. Sin duda, hay propuestas actuales que destacan y entre ellas está Portishead. Es una banda que está muy adelantada al resto.
—¿Existe algún género musical que no te llame la atención?
S: Me gusta el punk, me gusta el noise, me gusta Mozart. La música es una sola para mí y disfruto mucho al escucharla en todas sus formas y géneros. Tal como sucedió con Silver Apples en los años noventa, hoy vivimos un redescubrimiento de las raíces musicales. Eso es totalmente positivo para la música electrónica, que aún está en su primera infancia.
—¿Dirías que Silver Apples representa a las raíces de la música electrónica?
S: Bueno, eso es algo que me dicen constantemente [risas]. Creo que toda la música evoluciona y yo me siento honrado de que los críticos y musicólogos pongan mi nombre en la historia de la música popular. Pero reitero: yo solo quería divertirme.
—Aprovechaste la tecnología disponible en tu época para crear algo original. ¿Qué expectativas tienes sobre el futuro de la música?
S: Creo que la música electrónica es la evolución natural del rock and roll, como lo fue el rock and roll para el blues, y así sucesivamente. Con la tecnología del futuro se generarán sonidos inimaginables al día de hoy. Tengo mucho optimismo en ello, porque aún no hemos visto nada.