El triunfo alegra, pero no conforma
Era una obligación ganarle al peor Cienciano de los últimos 20 años. ¿Pero saben qué? No me gustó cómo lo hicimos. Hubo tantos errores en los servicios (algunos parecían hechura de novatos) que terminaron por convertir al partido en un desesperante concierto de imprecisiones. Que los resultadistas sigan festejando; a mí, este triunfo, me dejó un mal sabor.
Lo mejor de la noche se vio en los primeros 20 minutos con una crema arrasadora que triangulaba en un toque y buscaba la banda derecha para meter el centro o filtrarse en el área en diagonal. Antes del primer minuto Piero Alva ya había metido susto con un derechazo sesgado, aprovechando que la defensa cusqueña no daba señales de vida. El merengue jugaba con soltura atrás y apretaba el acelerador en cuanto sobrepasaba la línea media. Allí se agigantaba la figura de Carmona, en tanto que Fito hacía el balance por la banda izquierda.
Pero los fantasmas no tardaron en aparecer: disparos desviados, cabezazos demasiados altos, servicios mal ejecutados y pronto ese tsunami arrasador se convirtió en una ola mansita que los cusqueños sortearon sin hacer demasiados esfuerzos.
Ni siquiera el gol de Píriz Alves -en evidente posición adelantada- surtió como un toque de magia para que la puntería cambiara. El equipo de Ospina solo amagaba y recién en la segunda etapa, cuando Vásquez entró a descomprimir la mediacancha, encontró algunos espacios atrás que, sin embargo, no fueron suficientes para desestabilizar a Galván y compañía.
El segundo tanto, bellamente definido por Alva, fue de otro partido, no solamente por su culminación, sino por la manera cómo se elaboró: tras el servicio medido de Fito, Piero la durmió con clase con la izquierda y la hizo elevarse apenas cuando el golero salía al achique. Un golazo con mayúsculas propio de un jugador con intermitencias que, me parece, de a pocos se está reconciliando con la hinchada.
¿Jugar con lo mejor de la vidriera fue una decisión acertada de Reynoso? Tengo la impresión que su plan era definir el partido rápidamente para hacer descansar luego a algunos jugadores a fin de que lleguen al Clásico en su mejor condición. La realidad fue otra y el ‘Cabezón’ tuvo que mover las piezas sobre la marcha para asegurar el compromiso.
¿Cómo llegamos al Clásico? Complicados, porque más allá de los números, el rendimiento del equipo no termina por convencer. Por otro lado, es indudable que el plantel afrontará el encuentro con parte de la cabeza puesta en el tope ante Blooming, lo cual puede tornar más dificultoso el trámite del partido.
Me gustaría que Miguel Torres y Raúl Ruidíaz tuvieran unos minutos para tener una idea del estado en que se encuentran. Aunque no son jugadores de otro mundo, la ‘U’ necesita variantes y ambos están en condiciones de, por lo menos, ampliar la paleta de alternativas.
Esta difícil semana arroja algunas preguntas:
- ¿Deberíamos jugar con el once titular en el Clásico o hacerlo con un equipo mixto teniendo en cuenta que el martes nos jugamos la clasificación ante Blooming?
- ¿Debería encararse el Clásico como un ensayo -tanto en alineación como planteamiento- del partido ante los bolivianos?
- ¿La crema debería jugar con tres atacantes? ¿Carmona debería seguir por derecha y Fito por izquierda?
Espero sus comentarios.