Una crema oportuna y letal
No juega bien la ‘U’, pero gana. Hace renegar, desconcierta, pero logra entusiasmar por ratos, como en el golazo de Guastavino o el contragolpe mortífero que terminó en el segundo de la temporada de Ruidíaz. Es una crema desangelada, que desespera, pero en provincias no pierde y consigue triunfos que valen oro como este obtenido en Chimbote, con más punche que fútbol, aprovechando los errores del rival y del árbitro.No gusta Universitario pese a que propone, no se esconde, da la cara. La idea sobre la pizarra tiene trazos de modernidad: presión para quitar la pelota rápido, salida veloz por las puntas, alto volumen ofensivo. Sobre la cancha, claro, se ve otra cosa: imprecisiones por doquier, marca a media agua, poco vuelo individual, errores de novatos. Y un técnico que pide paciencia, habla de plazos largos, ofrece, anuncia… pero persiste en decisiones que nadie comprende (Guarderas, Leguizamón, Ximénez, La Rosa y otros casos que ya hemos comentado y ustedes conocen al detalle).
Tras el partido, en Facebook y Twitter (@tcrema y @orbisa35) había coincidencia en el comentario: el triunfo alegra, aunque el juego no gusta. Y, bueno, esa ha sido la historia de la crema a lo largo de esta temporada, sea sobre césped o el atroz sintético del Rivera Sánchez chimbotano. Los momentos de frescura han sido breves, como esas brisas tímidas que nos libran del ahogo durante el verano.
¿Hay algo para destacar? Por supuesto. En primer lugar, que los delanteros hayan vuelto al gol. Olascuaga sumó otro tanto de la temporada y Ruidíaz llegó al segundo. También que Guastavino, aunque en un nivel inferior que ante Unión Comercio, haya sido otra vez fundamental al participar en la pared que culminó en el primero y construir el jugadón que concluyó en el segundo.
¿El triunfo fue justo? En un partido trabado, parecido a esos desaforados encuentros que se juegan en los recreos de los colegios, donde la pelota rebota de un lado a otro, en medio del más completo desorden, la ‘U’ supo aprovechar las oportunidades que tuvo.
¿El árbitro influyó? Cometió al menos un error grave que tuvo influencia directa en el resultado: cuando iba 0-0, a los 21’, Toño cometió una mano clarísima en el área que debió sancionarse como penal. Se hizo el desentendido y el marcador no se movió.
La alegría por la victoria no cambia mi manera de ver el fútbol: sigo creyendo que la mejor ruta para ganar un partido es jugando bien. Y la ‘U’ no lo hace. El próximo domingo toca jugar en Trujillo, ante el Vallejo y el espacio para el error se acorta.
Además, en la víspera del centenario de Lolo, la crema no puede fallar.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.