La 'U' se muere de a poquitos
El análisis del presente de Universitario no es labor de un periodista deportivo, sino de un médico forense.
O de un sacerdote dispuesto a dar la extremaunción.
El campeón es un equipo muerto o, si quieren, próximo a morir. Hoy no necesita un técnico con perfil “formador de jóvenes”, como se empecinan en repetir desde la Administración Temporal. Lo que requiere es alguien con habilidades de resurrección.
La crema es un cuerpo inerte, agonizante, al que la morfina ya no le surte efecto y el respirador artificial le resulta incómodo. Necesita un sujeto con habilidades extremas, porque devolverle la vida a un equipo que en menos de tres meses se ha olvidado de vivir, requiere de eso. O acaso de mucho más.
Insistir en la pobreza del juego, el fracaso de los refuerzos, el declive de Ruidíaz, la mediocridad de Saco Vértiz sería solo echarle más sal a la herida. El campeón se muere y para salvarlo urge de medidas extremas que van más allá de lo estrictamente futbolístico. Universitario requiere un zamacón emocional que le devuelva la fe en sí mismo. ¿Está en capacidad la administración temporal para hacerlo? Empiezo a dudarlo. La noche del jueves, mientras el merengue se moría un poquito más ante Paranaense, su plana principal de dirigentes se encontraba a miles de kilómetros, en Suiza, peleando porque la FIFA le arranque unos miles de dólares al Genoa por el frustrado pase de Andy Polo. Si querían una metáfora de lo que está pasando con la ‘U’ esta temporada, no hay otra mejor que esa. Es hora de que los dirigentes se empiecen a preocupar por lo que realmente importa.
Y deben hacerlo rápido, antes de que sea demasiado tarde.