Universitario: un equipo a lo 'Moneyball'
Una película a la que suelo volver cuando puedo es “Moneyball” (“El juego de la fortuna), una joyita que se sostiene en la dinámica de sus diálogos, salidos de ese gran fabricante de frases llamado Aaron Sorkin (“Los 7 de Chicago”, “La red social, “The Newsroom”), quien está por estrenar “Being the Ricardos”, una de las apuestas grandes para los próximos Óscar.
La trama, basada en hechos reales, cuenta la historia del gerente de un equipo de béisbol que en lugar de contratar grandes estrellas y gastar cerros de dólares, opta por jugadores de mediano nivel, o con potencial, que en conjunto pueden conseguir los puntos necesarios para llegar a la cúspide, manteniendo el presupuesto en el ámbito de lo razonable.
La ‘U’ que ha armado Gregorio Pérez tiene ese estilo. Sobre la base de la temporada anterior, ha incorporado jugadores que, individualmente, no despiertan mayor entusiasmo, pero que en conjunto pueden ofrecer mayor solidez.
Quizás la contratación que genera más expectativa sea la de Joao Villamarín, quien a los 29 años llega a Ate después de jugar la campaña de su vida este 2021. Marcó 11 goles fundamentales para que Sport Boys vuelva a un torneo internacional después de muchos años.
Alfonso Barco es una apuesta. Tiene 19 años y un biotipo que marca diferencias para un volante central en el país. Llega a una zona superpoblada (lo que indica que para Goyo la prioridad sigue siendo mantener el cero en valla propia), luego de un año regular en la San Martín en el que nunca estuvo en el podio.
El uruguayo Ángel Cayetano es el ‘tapado’. Cuando se pensaba que Pérez podía optar por un mediocampista con más sabiduría en los pies, optó por el exvolante central de Garcilaso y Cerro Largo, uno de esos jugadores que hacen la simple al momento del quite. Además, puede jugar en la zaga, con lo que se le baja el telón al minidrama generado por la frustrada contratación de Christian Ramos.
El propio Pérez ha reconocido que le interesaría incorporar un jugador más, pero existen dos razones que por ahora se lo impiden: la aún no concretada nacionalización de Alberto Quintero -que liberaría un cupo de extranjeros-, y el presupuesto del club.
Resulta un poco extraño leer y escuchar a hinchas y periodistas criticar el valor de las contrataciones de la ‘U’, cuando muchos de ellos han exigido por años que el club deje de hacer locuras y trabaje en función de sus ingresos. La crema no tiene la billetera gruesa de Alianza ni los recursos y la organización de Sporting Cristal. Es una institución que busca recuperar la grandeza y la seriedad que alguna vez tuvo, que urge de generar confianza después de años de hacer lo imposible por triturarla.
¿Alcanza para el torneo local? Mi impresión es que por banca y plantel vamos a pelear los puestos de arriba, aunque los favoritos son Alianza y Cristal, sin descartar lo que puedan hacer Melgar, Vallejo e incluso Cusco, que a juzgar por sus recientes contrataciones no quiere volver a sufrir las angustias de la última temporada.
La Libertadores es otra cosa. La dinámica con que se juega a nivel internacional es distinta, hay individualidades a años luz de las nuestras y los presupuestos de clubes como los brasileños son inalcanzables.
¿Esto quiere decir que no podemos criticar las contrataciones que se han hecho? Por supuesto que no. Antes que dos volantes centrales, me hubiera gustado un extremo por izquierda y un creativo que compitiera con Novick y Quispe. Sin embargo, en estos momentos de austeridad, prefiero confiar en Pérez, cuya sabiduría nos ha dado las principales alegrías de los últimos años.
Finalmente, no hemos valorado en su real dimensión el ingreso de Manuel Barreto como jefe de la Unidad Técnica de Menores. Es un mensaje muy potente hacia el futuro, un reconocimiento que los activos más valiosos del club no son Campo Mar o el Monumental, sino sus fuerzas básicas. Barreto es un buen formador, con un pasado interesante en Cristal, que a las exigencias que impone el fútbol moderno le añade su inmenso amor por la pelota bien jugada. Como escribí en Twitter, es la mejor decisión tomada desde la contratación de Goyo.
Que la fuerza -y la suerte- lo acompañen.