Universitario: el triunfo alegra, pero no engaña
Después de dos derrotas penosas y el dolor aún no superado por el retorno de Gregorio a su país, arrancar el campeonato con una goleada y en lo más alto de la tabla no deja de ser una alegría inmensa.
Pero no nos engañemos. Fue recién después de la expulsión de Alonso Tamariz, cuando Cantolao se quedó con 9, que el partido terminó de desbalancearse y la ‘U’ encontró los espacios que se le habían negado hasta ese momento. Pese a estar lejos de versiones más respondonas, Cantolao esperó, friccionó en el medio y trató de salir. Hizo lo suficiente para trabar el partido en la mediacancha, neutralizando al equipo de Barreto que cometió el error de centralizar el juego. Hubo, pese a ello, algunas situaciones peligrosas en el área del delfín que Limousín conjuró con esfuerzo.
Con Quispe tirado por la izquierda y Villamarín encontrando su mejor lugar en el centro, las cosas mejoraron. Un penal tonto de Carmona sobre Piero le dio la oportunidad al ‘Pibe’ Quina se aflojar las tensiones. El cuadro de Silvestri terminó de perder el orden y todo se hizo muy fácil: Valera con un frentazo y Joao con un remate desde fuera del área dibujaron la goleada.
¿Alcanza este buen inicio? ¿Da para pensar en un rendimiento esperanzador en la Libertadores?
Definitivamente no. La ‘U’ sigue siendo un cuadro en construcción, precario en la primera línea de volantes y con poca imaginación en el último cuarto. Sin espacios le cuesta demasiado y, pese a la buena técnica de Cabanillas, carece de laterales que le den amplitud a su juego.
Cayetano va bien por alto y no se entretiene con el balón. ¿Qué preocupa? Su andar trotón, lejos de la dinámica requerida para un torneo con partidos vertiginosos como la Libertadores. Quispe es atrevido, cada día se lo nota más cuajado, pero necesita gambetear más cerca del área. Se pierde cuando retrocede a buscar la pelota. Quizás valdría la pena que se recueste a uno de los extremos y busque las diagonales.
Valera es el dueño de la camiseta 9. Aguanta la pelota, espera, toca a los costados, la busca. Ha crecido enormemente en los últimos meses. Lo mejor es que su techo aún es alto. Y él lo sabe.
Ojalá que Álvaro Gutiérrez haga jugar a Quintero como extremo. Si bien cuando retrocede le da mucho aire a la volante, su lugar en el mundo está cerca de la raya. Por ahí hace mucho daño.
Dos frases del ex centrocampista uruguayo han sido destacadas hasta el cansancio por la prensa tras conocerse su incorporación: “El jugador que no corre no juega” y “Si querés espectáculo, andá al circo”. Ambas preludian un equipo peleador y guerrero, muy al estilo de Universitario. Pero la actitud no basta ni no existe orden táctico y para conseguirlo Gutiérrez tiene el tiempo en contra. Aunque se dice que es un técnico pragmático, se enfrentará con un plantel que no eligió lo cual puede dificultar el camino para encontrar la idea de juego que se acomode a su pensamiento.
A nivel local, vamos a pelear; para afuera, aún estamos muy lejos. Esperemos que alcance el tiempo.