Conoce al hombre que recibió tres trasplantes de corazón y vive para contarlo
Esta semana Pamela Montes nos cuenta la historia de Juan Vicente del Álamo, un hombre que en poco más de 20 años fue trasplantado tres veces del corazón… y hoy vive una vida muy plena y feliz. Si te interesa conocer más sobre este tema, sigue leyendo.
En 1990, Juan Vicente del Álamo tenía 30 años y una miocardiopatía dilatada que lo condujo a una sala de operaciones para recibir un corazón donado que le permitiera seguir viviendo.
Por varios años se mantuvo estable, e incluso se entregó al deporte, acumulando triunfos en torneos de tenis para trasplantados. Pero su nuevo corazón desarrolló una aterosclerosis coronaria y en el 2003 regresó al quirófano para recibir un segundo corazón.
El doctor Walter Alarco, cardiólogo clínico, presidente del Comité de Trasplante Cardíaco del Instituto Nacional Cardiovascular (Incor) explica que esta condición es uno de los dos escenarios por el cual se debe recurrir a un retrasplante. “Los no trasplantados la desarrollan por triglicéridos y colesterol alto, etc; y ello deriva en obstrucciones en distintas zonas de las arterias coronarias. Esta es una aterosclerosis distinta. En pacientes trasplantados, estas obstrucciones se presentan diseminadas en casi todo el trayecto de la arteria”.
Se puede decir que los casos de retrasplante cardíaco son contados en el mundo. Se calcula que de todos los trasplantes cardíacos realizados, solo el 2% pertenece a un retrasplante.
Dada la estadística, el caso de Juan Vicente es una de esas proezas médicas que ocurren muy rara vez.
Recientemente la Clínica Universidad de Navarra anunció que a este hombre se le practicó en mayo de este año un tercer trasplante cardíaco. “Juan Vicente es vitalista, con una capacidad de superación espectacular y es relativamente joven, tiene 52 años. Todos estos factores nos hicieron presuponer que la recuperación iba a resultar satisfactoria. Hay que tener en cuenta que para efectuar un tercer trasplante se debe asegurar primero que el receptor cumpla las características necesarias. Juan Vicente cumplía las condiciones y eso ha hecho que se recupere tan sorprendentemente”, dijo a El Comercio el Dr. Gregorio Rábago, director del Servicio de Cirugía Cardíaca de la Clínica Universidad de Navarra.
El motivo para tomar la delicada decisión de un tercer trasplante fue por un rechazo del corazón por parte del sistema inmunitario de Juan Vicente . “Es como si cada uno de nuestros órganos tuviera un código de barras y cuando al paciente se le pone un corazón de otra persona, el organismo detecta otro código de barras y el sistema inmune intentará eliminarlo”, añade el Dr. Alarco. Es por eso que todos los pacientes trasplantados deben tomar de por vida drogas inmunosupresoras para evitar rechazos.
Cuando a principios del 2011, el equipo de médicos españoles decidió que el mal funcionamiento del corazón del paciente obligaba a esa cirugía, sus altos niveles de anticuerpos anti-HLA jugaban en su contra. Fue así que durante varios meses el doctor Rábago dispuso que un equipo de hematólogos, inmunólogos y nefrólogos se dedicase a disminuir los niveles de anticuerpos. Una vez logrado, el riojano de 52 años ingresó a una lista de espera y cuando apareció un donante compatible con él se realizó la cirugía.
“Hacemos una selección muy estricta del donante y ante cualquier sospecha de que este pueda presentar enfermedad coronaria, lógicamente descartaríamos ese corazón”, añade del Dr. Rábago.
Dos de los hermanos de Juan Vicente también son trasplantados. La disponibilidad de órganos es el reto de los cirujanos en todo el mundo. El doctor Rábago dice que afortunadamente España es el líder mundial en donación de órganos. En julio de este año se batió un récord en ese país. En menos de 24 horas 22 riñones, 11 hígados, y 3 pulmones estuvieron disponibles para trasplante.
La escasez de donantes roza lo ético
Por Luis Bracamonte
Cirujano cardiovascular y torácico
El trasplante cardíaco es un procedimiento quirúrgico completamente dominado, reproducible y exitoso desde hace más de 20 años.
Ese proceso de reacción inmunológica se logra combatir con múltiples drogas antirrechazo y la mortalidad operatoria se sitúa entre el 10% y 20%, dependiendo del estado del corazón donado.
La escasez de donantes hace que muchas veces se utilicen corazones cuyo funcionamiento está en el límite de lo aceptable para ser trasplantados. La sobrevida a 5 años es de 60 % – 75%, lo cual es muy bueno si sabemos que los cardiópatas con criterios para ser trasplantados tienen una mortalidad a 2 años de más del 50%.
El tercer trasplante es un gran logro técnico y de equipo, pero deja grandes dudas en cuanto al futuro del paciente. La probabilidad de un daño severo al corazón es alta, y seguramente necesitará drogas más potentes para controlar el rechazo y eso afectaría sus otros órganos.
Sin embargo, la noticia de este procedimiento en un paciente de Navarra por el grupo del doctor Gregorio Rabago confirma los grandes progresos de la ciencia. Pero también plantea un problema ético: si sabemos la escasez de donantes que existe en el mundo, las grandes listas de espera, y la duda de saber si otra persona con menos probabilidad de rechazo no podría haberse beneficiado más con ese trasplante.