La tecnología y el respeto a la autoridad
El tema de conversación de los últimos días ha sido la detención y rápida sentencia de ciudadanos que agredieron físicamente a policías. Más allá de la discusión sobre si las penas son excesivas o no, el aspecto de la discusión que me parece más relevante es contar con elementos probatorios que sirvan para demostrar que algún miembro de la policía sufrió realmente la agresión o que algún mal agente quiera aprovecharse de la nueva legislación.
Hasta el momento, las grabaciones hechas con un teléfono celular por alguno de los involucrados o por testigos son las piezas clave para determinar responsabilidades. Pero se debe reconocer que también pueden mostrar pasajes incompletos que, por ejemplo, no muestren cómo se iniciaron los problemas. Ahí podemos echar mano de la tecnología.
Lo ideal sería dotar a todos los efectivos policiales con cámaras digitales, que puedan llevar colgadas en el pecho y que no puedan ser manipuladas. Además, dotar a todos los patrulleros y motocicletas también de cámaras inviolables. Todas las cámaras se activarían, como parte de un protocolo obligatorio, momentos antes de que se inicie una intervención policial y llevando las imágenes a una central de monitoreo remota.
Esto permitiría tener el registro completo de una intervención policial para poner en evidencia cualquier falta por parte de los ciudadanos. Pero también serviría para identificar a los malos policías, pues cualquier evasión a la ley quedaría grabada.
Sé que se requeriría de una gran inversión ¿pero no cree que sería justificada? La policía es la autoridad y tenemos que respetarla, todos, sin excepción. Que se le dote de lo que necesita para que haga bien su trabajo.