Guerreras y sensibles. El arte de ser mujer.
Somos mujeres. Somos fuertes, sensibles, habladoras y calladas. Somos distintas. Somos iguales. Somos mujeres y es hermoso.
Hoy, 8 de marzo, saldrán todas nuestras versiones: las que odian que tengamos un día y también a las que les encanta los detalles. Es un día más, sí. Pero qué importa si nos saludan de más; qué importa si a tu amiga le gusta y a ti no. Todas somos libres, ¿no? Es más, ¿De eso no se trata nuestra lucha, de disfrutar sin miedo lo que queramos?
Somos mujeres. Y lo somos todos los días de nuestras vidas. Sentimos, escuchamos, callamos, cuidamos y atacamos. Somos pasivas y también leonas, especialmente cuando hay seres queridos que cuidar.
Somos precavidas y atrevidas. A veces escandalosas, lloronas, sensibles, fuertes, intensas y divertidas. Somos mujeres. Hijas de la luna, guardianas de la noche. Protectoras, entonces, por naturaleza.
Hoy, 8 de marzo, es un día más. Eso lo creo yo. Pero también se recuerdan tantas cosas hoy que da ganas de decir en voz alta: “Bien, chicas. Hemos hecho bastante. Vamos por más”.
Somos mujeres. Y eso es de todo, menos fácil. Sabemos trabajar duro, pero también debemos descansar. Aunque claro, ¡cómo descansamos si hay tanto por hacer! Ahí el reto: estamos luchando. Estamos cambiando, pero hay que hacerlo con amor.
Nuestro cuerpo es sagrado. Debería de serlo. Busquemos no perder sensibilidad con él. Busquemos no perder sensibilidad con aquello que sientes te hace mujer. Con aquello que te identificas. Con esa energía que te recorre el cuerpo y el ama; esa que te da la intuición.
Somos mujeres y es hermoso. Somos guerreras. Podemos andar sin miedo. De eso estoy segura. Pero para andar sin miedo, hay que dejar ir esas cosas que dañan el cuerpo y la mente. Deja ir. ¿Cómo? Encuentra tu espacio. Encuentra tu silencio. Encuentra placer en el tacto.
Sí. En el tacto. La energía femenina está hecha de sensaciones. Estamos hechas para eso: acariciar pasivamente a un bebé, a nuestros niños, a nuestro padres, a esposos, novias y a nosotras mismas.
Encuentra paz en lo más simple: una meditación corta, un baile en la noche, una cerveza en la cama. Disfruta de esos momentos y cuando llegue el momento, déjalos ir, para luego armar más.
Llora cuando haya que llorar. Ríe hasta cuando te digas que no deberías. Disfruta de tu cuerpo. Míralo y agradece por él. Que nadie te diga que no se ve bien. Te ves bien. Te ves bien. Te ves bien. En serio. Te ves bien. Guapa. Siempre lo fuiste. Siempre lo serás.
Salta. Respira. Repite.
Somos mujeres. Somos ellas, las que portamos vida. Transformamos. Cambiamos. Armamos y creamos.
Somos mujeres. Es hermoso.
Namasté.