¿Por qué es importante la salud mental?
La noche del 23 de junio de este año Lorena tuvo un ataque de pánico. En ese momento no era consciente de lo que le sucedía. Solo lloraba y sentía miedo de lo que le podría pasar si se quedaba sola.
“No quería estar sola en mi casa, sentía que si lo hacía, me iba a morir”. Recuerda que a la primera persona que llamó fue a su pareja de ese entonces, quien se negó a ayudarla minimizando la situación. Esta actitud hizo que Lorena colapse. Era la primera vez, en sus más de 30 años de vida, que le faltaba el aire, sus latidos disminuían y temblaba hasta rechinar los dientes.
Durante unos segundos de lucidez, logró llamar a su médico de cabecera para pedirle ayuda. Le dijo: “no puedo más, siento que nada tiene sentido”. Lorena no había tenido una decepción amorosa, cómo se podría pensar. En su caso, su cerebro no estaba produciendo los químicos necesarios para estar equilibrada emocionalmente, esto debido a una condición médica y a un cuadro alto de estrés.
Creo que en estos meses de pandemia, muchas personas hemos sido alguna vez Lorena. Por ello, y dado que el 10 de septiembre, es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, conversé con Yael Valdés Querol, médico psiquiatra, sobre la importancia de tener una buena salud mental, conocer lo que sucede en nuestro cerebro cuando tenemos una crisis emocional, saber cómo se manifiesta y cómo podemos ayudar a alguien que está pasando por un ataque de pánico, porque no todas ni todos tenemos a un médico que pueda auxiliarnos. Además, de romper con los mitos que existen alrededor de la psiquiatría.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de salud mental?
La salud mental es el bienestar emocional. Es sentirse bien con uno mismo, estar en sintonía con tu propio cuerpo, con tus propios pensamientos… Es estar de acuerdo con tu percepción de la realidad.
¿Por qué crees que no le damos la atención e importancia que merece?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud, en general, como el bienestar físico, mental y social, y esta definición es la que te dan al ingresar a la facultad. Sin embargo, en los siete años de la carrera de Medicina, el 95% de los cursos que nos enseñan no tiene relación con la salud mental. Llevamos: medicina 1, 2 y 3, traumatología, pediatría, cirugía, todo relacionado a la salud física. En la universidad donde estudié al menos era así. Solo llevé medio ciclo de introducción a la psicopatología y medio ciclo de psiquiatría, de siete años, solo seis meses estaban dedicados a la salud mental y el curso se dictaba una vez a la semana.
Y esto refuerza el mito de que los que siguen la especialidad de psiquiatría son los que están locos…
Exacto. En los mismos médicos hay mucho estigma. A los que hacemos psiquiatría nos ven como los raros de la promoción, como los que tenemos un tema por resolver o no “queremos hacer nada más”. Esto lleva a que los médicos de otras especialidades se atribuyan la función de medicar y atender la salud mental cuando no es su expertise.
Esto hace que los perjudicados seamos los pacientes.
Así es, esto conlleva a tener personas que llegan a psiquiatría súper frustradas, porque no han tenido un tratamiento adecuado. Si los propios profesionales en salud no aceptan la necesidad de una atención en salud mental o la existencia de enfermedades mentales, y que esto no tiene que ver con “poner de tu parte”, “cambiar el chip”, “ponerle ganas”. Entonces, menos lo hará la población en general.
¿Qué es lo que hace que algunas personas desarrollen algún problema o alteración mental y otros no?
En este momento, todos estamos viviendo una situación de pandemia. Todos estamos estresados, con dificultades económicas. Pero va a depender de la genética y la infancia, los primeros momentos de vida, la adolescencia, los momentos traumáticos de esa persona. Esto puede hacer que los químicos a nivel cerebral que se encargan de regular la estabilidad emocional se desestabilicen. Esto sumado a la situación que estamos pasando y a la genética, pues el porcentaje de herencia de los trastornos es altísimo, puede hacer que la persona colapse.
En la situación que estamos viviendo, muchos dicen que han sufrido un ataque de ansiedad o de pánico, ¿podrías explicarnos en qué se diferencian o si son lo mismo?
No es lo mismo. La ansiedad es un todo, es el diagnóstico médico, es como decir cáncer, y dentro de esta enfermedad se ramifican un montón de trastornos, dentro de los más comunes están: ansiedad generalizada, ataque de pánico, la fobia específica, entre otras. Naturalmente, una persona que sufre de un ataque de pánico tendrá niveles de ansiedad altos.
¿Qué siente una persona que tiene ansiedad?
Lo que siente es miedo. De hecho, eso se explica, un trastorno de pánico es la reacción fisiológica del cuerpo ante un miedo excesivo. Lo mismo sucede con las fobias. Si me da miedo subirme a un avión es porque tengo miedo de que se caiga. Si tengo fobia a las cucarachas es porque tengo miedo a que se me suban. Si tengo miedo subir a un ascensor es porque tengo miedo de quedarme encerrada.
La ansiedad también puede desarrollarse por causas médicas, personas con tiroides o con otras enfermedades pueden desarrollar ansiedad.
¿Y es normal sentir miedo?
Uno puede estar ansioso o tener miedo porque está pasando por una situación difícil. Por ejemplo: me acaban de botar de mi trabajo y tengo que postular a uno nuevo. Evidentemente voy a estar ansiosa, tendré miedo a que me rechacen y a quedarme en la calle. Este es un miedo completamente normal y justificado. El tema es si ese miedo es muy intenso, si dura mucho tiempo, si altera tu funcionalidad, en ese caso sí habría un trastorno de ansiedad y debemos ver si solo se limita al tema del trabajo o se está generalizando.
¿En qué momento una persona debería acudir a un especialista de salud mental?
En el momento que una situación o sentimiento te genera mucho malestar y te limita en las actividades que hacías con facilidad es cuando tienes que buscar ayuda. Y esto varía de persona a persona. Es una sensación muy intuitiva. Por ejemplo, si antes yo salía a comprar normal (siguiendo los protocolos de bioseguridad), pero ahora evito hacerlo dado que la inseguridad está muy fuerte y me da miedo que me roben. Y si tengo que salir, lo hago pero camino rápido, sujeto mi billetera fuerte, miro a todos lados y me pongo nervioso. Ahí te das cuenta que algo no está bien y empiezas a cuestionarte que hay algo que está interfiriendo en tu día a día.
Lo mismo puede suceder con las emociones, si es que estamos más susceptibles o irritables…
Todos sentimos tristeza, miedo, temor, rechazo, culpa. Culturalmente, cuando una se muestra vulnerable o reconoce que tiene una emoción, la invalidan, y te dicen: “estás exagerando, pon de tu parte, ya va a pasar”. Entonces, la gente prefiere no decir nada y guardarse lo que siente. Y puede ser que eso sea un síntoma de que hay una alteración mental, un desbalance o alteración química, y eso no se va a mejorar “poniendo de tu parte”, vas a necesitar un tratamiento farmacológico.
A veces, por desconocimiento, algunos padres minimizan los problemas de sus hijos o hijas en la infancia y ya cuando esa persona es adulta dice: ¿por qué no me llevaron a un especialista en salud mental?
Hay varios trastornos de personalidad o diagnósticos que terminan de alterarse al crecer y están relacionados a experiencias muy duras de la infancia y que fueron minimizadas cuando aparecieron. Con los años se vuelve una bola de nieve. Por eso, es muy importante estar pendiente y poner atención a la salud mental de todos los integrantes de tu familia.
Si tu hijo tose por varios días y se le cierra el pecho, corres al pediatra. Pero si tienes un hijo que no duerme una semana, que no quiere comer o se encierra en su cuarto, dices: “¡ay! es un engreído, ya se le pasará”. No corres al psicólogo o al psiquiatra para ver si hay un problema en su psique.
Imagino que esto se da porque se piensa, equivocadamente, que los medicamentos que te recetan en psiquiatría son “adictivos”…
Dentro de los medicamentos psiquiátricos hay un grupo que sí generan dependencia, tolerancia y abstinencia; como las benzodiacepinas que tienen un efecto inmediato. Y el gran problema es que este medicamento se ha recetado al por mayor, por muchos médicos que no son psiquiatras. Entonces, se ha construido la idea que la medicación que te da el psiquiatra te genera dependencia, y eso no es así, porque todos los demás fármacos no suelen generar dependencia. Pero irónicamente los que sí, son los que te venden sin receta en la farmacia.
Yael, ¿cómo ayudamos a una persona que está con un trastorno o ataque de pánico?
Si bien no hay una fórmula mágica, podemos decirle: entiendo que la estás pasando mal en este momento, avísame en qué te puedo ayudar, estoy para escucharte. Aquí la empatía juega un rol muy importante. De repente hay una persona que está triste porque se ha muerto su perro y a ti no te gustan los animales y no entiendes cómo la persona llora tanto por un animal si no es su hijo, pero para ella sí es importante, porque la acompañó durante 13 años y era realmente su soporte emocional. Entonces me pongo a pensar ¿qué es para mí un soporte emocional? De repente es mi hijo y si se va me destruyo. Entonces puedo entender que está triste porque se murió su perro. Supongo que no estaré de acuerdo, pero lo entiendo.
Hay personas que no saben sostener ¿esto tiene que ver con la falta de empatía o con que aprendieron a ser “indiferentes”?
Aquellas personas que han pasado por situaciones complicadas o que tienen algún familiar cercano con alguna dificultad en temas de salud mental son los que van a poder ayudar a sanar mejor, porque entienden el sufrimiento que implica.
En el caso que mencionas de Lorena, quizás ese chico aprendió que sentir emociones no era lo correcto. De repente cuando alguien de su entorno familiar estaba mal y él se acercaba lo mandaban a rodar. Quizás, si alguien estaba triste en su familia, le decían no entres a su cuarto, no te acerques. Pero ahí va el tema de la comunicación, conversar sobre cómo se siente cada uno y poder decir: “me cuesta mucho acercarme a ti, no es que no te quiera, es que nunca me enseñaron”.
¿Y cómo se logra una buena terapia psiquiátrica?
Para construir primero hay que sanar. Yo no puedo sanar si encuentro la casa toda podrida porque se va a caer. Y por eso, la importancia, insisto, en hacer una buena historia clínica. Recordemos que psiquiatría es una rama médica clínica. Si yo no te pregunto, por poner un ejemplo, ¿cómo fue el embarazo de tu mamá?, se me van a escapar detalles que ayuden a tener un diagnóstico de salud mental certero y ver sin ello, no puedo saber cuál es la medicación que necesitas y qué tipo de terapia funcionará mejor contigo.
La psiquiatría valida y reconoce las emociones, lo que está sintiendo y la historia que está viviendo la persona. Estés o no estés de acuerdo. Si el otro está triste es por algo.
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