Hoy se construye en grande. Atrás quedaron las casas pequeñas, acogedoras, con techo a dos aguas y un romántico recibidor como salidas de una película. Pero hay una vivienda de este tipo que aún sigue en pie, pese a correr el riesgo de desaparecer.
Edith Macefield era una anciana que vivía en la ciudad de Seattle, Estados Unidos. Ella era propietaria de una pequeña casita construida en 1900 en el barrio de Ballard, donde los grandes edificios empezaron a transformar el paisaje. En el 2006, Macefield rechazó una oferta de un millón de dólares por su casa convirtiéndola en noticia a nivel nacional e inspirando la famosa película Up de Pixar.
Luego de la muerte de Edith en el 2008, la casa fue heredada por Barry Martin que era el encargado de la construcción de los alrededores y con quien entabló amistad. Desde entonces, la propiedad tuvo varios dueños hasta que en abril una mujer la compró con la idea de abrir una cafetería pero luego retiró la oferta.
Además del desinterés en comprarla, renovar la casa para adaptarla a los estándares actuales de construcción de Seattle tiene un costo elevado dificultando sus posibilidades de venta. Si en noventa días no se encuentra un dueño o una organización que decida hacerse cargo de ella, la única solución será demolerla.
La casa de Edith Macefield aún está a la venta o a disposición de alguna entidad. Se puede seguir su situación en la página web del corredor a cargo de su venta.