Giovanna Dioses
Lo rústico siempre resulta acogedor, cálido y confortable. “Se trata de un estilo que evoca la vida campestre, pues toma los materiales y colores nativos del entorno para repetirlos en los muebles y la tapicería, con el objetivo de conseguir un ambiente relajado”, precisa el arquitecto Luis del Campo.
Un elemento que privilegia es la madera en su estado natural o con un acabado avejentado, ya sea en pisos y paredes o en cualquier superficie. Otros materiales que armonizan con este concepto y que evitan que el lugar luzca recargado son la cerámica, el vidrio, el ladrillo, el hierro y la piedra. “En la sala y los dormitorios sobresalen los pisos de madera; mientras que en la cocina, baños y terrazas predominan los de cerámica natural y mosaicos. También puede optar por suelos y paredes que imiten la piedra. Un recurso usual en los techos altos son las vigas de madera”, sostiene Jazmín Rivas, docente de la carrera de Diseño Profesional de Interiores de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
EN LOS ELEMENTOS PRINCIPALES
Respecto al mobiliario, priman los muebles de madera, de líneas simples, pero macizos. Pueden ser de cedro, roble, pino o caoba. Su apariencia desgastada acentúa la rusticidad de la propuesta.
También encajan los muebles de madera con tapices de cuero y tela, los de mimbre y ratán o con aplicaciones de forja. Sobre ellos, coloque mantas tejidas para crear una atmósfera acogedora.
“El uso de tapices con textura en colores naturales conjuga con lo rústico. En las butacas O banquetas funcionan el animal print, los chenilles gruesos con apariencia de piel o tipo astracán.
Para los cojines, opte por los diseños en fibras naturales, como la seda, el lino y el algodón”, señala Mónica Fernández, de Romantex.
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