Existen múltiples formas de separar dos ambientes que comparten un área en común, y una de ellas es recurrir al color para diferenciarlas.
La arquitecta Inés Sevilla explica que es posible usar una mezcla monocromática, es decir aplicar un mismo color en dos o más intensidades diferentes (suave y oscura), para conseguir una división sutil. “Si la sala y el comedor están integrados, pinta dos paredes protagónicas del primer espacio de color beige, y el segundo en un tono de menor escala, como crema”, aconseja.
Lucía Risco, docente de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, sugiere apostar por colores complementarios o de la misma familia, como el rojo y naranja o verde y azul verdoso, para alcanzar separaciones más marcadas. Pero si buscas una división dinámica y con alto impacto visual, elige las tonalidades opuestas en el círculo cromático. Por ejemplo, emplea el verde y rojo para separar la sala de un rincón de lectura.
Replica estas tonalidades en los accesorios, para lograr un resultado armonioso. Si en los muros prevalece el rojo, también agrégalo en cojines, tapices o cuadros.
Más divisiones geniales
Instala un fotomural en toda una pared de un estar, para separarlo de una zona de estudio con paredes blancas. Incluso recubre los muros de la sala con papel tapiz, y el comedor con espejos o listones de madera. Si prima una decoración rústica y el dormitorio está abierto a la sala, una forma de sectorizarlos es enchapando la pared de la cabecera de la cama con listones de madera, y cubriendo uno de los muros con piedras, puede ser fachaleta o lajas para mantener un aspecto natural.
Otro recurso es combinar los pisos. Opta por el porcelanato o las baldosas en la cocina, y la madera o los laminados en el área social. La idea es usar una tonalidad o un revestimiento diferente en cada área a separar. “En espacios pequeños usa formatos medianos, pueden ser de 50 cm x 50 cm o 60 cm x 60 cm para tener menos uniones y lograr un acabado más limpio. En cuanto a los colores prefiere los claros porque aportan luminosidad”, dice la arquitecta Shirley Encarnación.
Algo más original consiste en crear una alfombra hecha con baldosas hidráulicas que se caracterizan por sus llamativos colores y diseños. Puedes cubrir el piso de la cocina con estos revestimientos, y mantener el de sala en madera u laminado. Este material dialoga perfectamente con otros recursos, como la piedra y el ladrillo.