Los libros son las estrellas en la casa de una familia madrileña. Los padres y sus hijos decidieron comprar una construcción de 1950 y modernizarla con la ayuda del estudio Egue y Seta, quienes emplearon madera y microcemento como materiales principales.
La casa de 170 metros cuadrados está dividida en tres niveles. En la planta baja está el jardín, la sala, el comedor, la cocina y un pequeño baño; en el segundo nivel se ubican las dos habitaciones y un baño y en el tercer piso se instaló un rincón de lectura junto a una habitación para huéspedes.
Al ser una casa relativamente pequeña, los arquitectos utilizaron el color blanco para añadirle luminosidad y amplitud a cada espacio. Las enormes ventanas y puertas corredizas permiten el ingreso de luz natural.
Recorre esta peculiar casa en la galería de la nota.