ELKIN SOTELO C. @elkinsot_DT
Algo quedó claro en Brasil 2014: no hay un candidato que deje atrás a su competencia por demostración larga de fútbol. En el mejor mundial de la era moderna, todos los equipos tienen picos maravillosos, pero también momentos de confusión que los ponen en riesgo de perder. Esta nivelación de poderes es el principal ingrediente de emoción.
Es lo que definió Alemania, favorito entre favoritos. Su superioridad se vio amenazada ante una selección de Argelia que propuso un juego doloroso para los germanos. Puso la pelota en el piso y aprovechó que Joachim Low adelantó todas sus líneas, dejando expuesto a Manuel Neuer a los mano a mano.
Finalmente apareció la jerarquía de hombres hechos para este tipo de competencias. Neuer, Boateng, Lahm, Özil y Müller saben bien la hoja de ruta que hay que seguir y todos los obstáculos. Pero no dejan de ser absolutamente humanos y propensos al error, lesión o cansancio. Y por ello es que países que progresaron mucho en el fútbol como Argelia, han acortado distancias para dejar de imaginar goleadas de escándalo y triunfos holgados.
Por eso es que tardaron más de 90 minutos en conseguir el triunfo. No era justificación haber estado más cerca del gol que Argelia; los alemanes fallaron mucho ante el golero Rais Mbolhi. Hubo minutos de desconcentración en el equipo de Low en los que solo optaban por el centro desmedido para el cabezazo de Müller, quien a veces estaba y a veces no.
Alemania también corrió el riesgo de perder. Manuel Neuer terminó siendo una de las figuras porque corrigió varias errores de su zaga. Jugó siempre fuera del área y estuvo atento para correr a cortar los avances rivales y arrojarse a los pies para ganar las divididas. Ese fue el plus porque debajo de los tres palos, hizo el trabajo impecable de siempre.
Solo en el tiempo suplementario, afloró la capacidad de los alemanes y su poder de concentración. Así llegó el gol de Schürrle (92') que derrumbó el espíritu de los argelinos e hizo más fuerte su cansancio. Los 27 minutos restantes fueron de manejo de Alemania, hasta que a falta de poco para que termine, Özil terminó una jugada de Schürrle y puso las cifras 2-0. Pero Argelia quiso despedirse del mundial con un golpe que significó el descuento a 2-1 a través de Djabou.
Los 'panzers' siguen en el camino, pero hoy supieron que no son imbatibles. Que una nación pequeña y modesta como Argelia los dejó en el máximo agotamiento y que el resto del mundial será mucho más duro.