Bosnia dio un ejemplo de deportividad y amor a la camiseta al jugar un partido absolutamente serio a pesar de estar eliminada. Todo lo contrario al equipo de Irán, del que se esperaba una actitud más agresiva para lograr la clasificación que dependía de sí mismo en el mundial.
Dzeko abrió la cuenta a los 23' con un zurdazo desde fuera del área. A partir de eso Bosnia controló el partido a su antojo y aumentó a los 59' a través de Pjanic.
Irán nunca fue superior a su rival y se mostró timorato de ir al ataque. Ya cuando se acababa el partido (82') Reza encontró el descuento, pero a los pocos instantes Bosnia lo liquidó a través de Vrsajevic (83'). Así se fueron eliminados ambos países, pero Bosnia dejó mucha mejor impresión. Irán, en cambio, decepcionó por actitud.