Cuando entro a un bar, lo primero que hago siempre es elegir en mi mente a los cuatro hombres más guapos y adjudicarles las letras A, B, C y D, ordenados según su nivel de churrez y aparente talento.
Estudio sus movimientos, su entorno y me entretengo armando estrategias e imaginando qué es lo primero que les diría, especialmente a A, para incrementar mis posibilidades de algún día conocerlos bíblicamente.
Algo así es lo primero que tenemos que hacer de cara al Mundial. Si el fútbol no te mueve un pelo, elegir a los cuatro equipos que llegarán a semifinales y escoger al que alzará la copa es un buen artilugio para mantenerte entretenida durante el mes en el que el rodar de la pelota lo contaminará todo. Apostar en la polla de la oficina y ver si se cumplen tus predicciones te obligará a mantenerte enterada y a ver los partidos.