Redacción EC

La  de James Rodríguez resucitó el miércoles en Santiago ante un opaco de Neymar que tuvo una noche para el olvido por Copa América, mientras lejos del juego otra superestrella como el chileno Arturo Vidal prepara su día de redención tras ser detenido por conducir ebrio.

Incómodo, molesto, a Neymar se lo vio fastidiado todo el partido, impotente porque ningún otro jugador de la "seleçao" sintoniza su partitura de jogo bonito y menos su técnico Dunga.

Luego de concluido el partido, el delantero del Barcelona mantuvo un altercado con el colombiano Carlos Bacca y ambos fueron expulsados.

Para Brasil es una pérdida inestimable porque, con tres puntos y dos partidos jugados, todavía no ha asegurado la clasificación a cuartos de final y en el cierre del Grupo C le espera Venezuela.

Todos los jugadores de Brasil estaban ofuscados con el árbitro chileno Enrique Osses, pero el problema de la seleçao es su propia impotencia para llevar adelante una historia de cinco campeonatos mundiales.

Más bien, la verdeamarilla se pareció más a la del pasado Mundial de la humillación en su casa. 

"Los árbitros tiene que parar de pensar que ellos son los protagonistas, los protagonistas no son ellos, están para controlar el juego", dijo el lateral brasileño Dani Alves, visiblemente molesto por las decisiones de Osses.

En cambio, el colombiano James Rodríguez, que en la Copa América no ha confirmado su estatus de superestrella, mostró algunas pinceladas de su prometedora irrupción en el Real Madrid.

La inesperada derrota de Colombia en su debut ante el vecino Venezuela había generado un mar de dudas, aunque el seleccionado cafetero volvió contra Brasil a acomodarse el cartel de favorito.

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