Barcelona (EFE). El empresario José Luis Núñez Clemente, exp residente del FC Barcelona, vive desde hoy la peor de sus pesadillas, al haber entrado a la edad de 81 años en la cárcel de Quatre Camins por el caso 'Hacienda', después de una vida plagada de éxitos y excesos, cuando estos lo llevaron a dimitir en el club en el 2000 para iniciar una larga cuenta atrás que lo ha llevado a cumplir una pena de prisión de dos años y dos meses.
Apasionado seguidor del Barcelona, se dejó embriagar por amigos que le animaron a dar el salto a finales de los setenta en el club catalán cuando parecía que lo había hecho todo en el mundo de la construcción y le faltaba un reconocimiento social que no adquirió en el mundo empresarial, en ocasiones tachado de arrasar con las esquinas de la ciudad condal para sustituir edificios centenarios por modernas viviendas.
En el Barcelona rompió con una tendencia que se arrastraba desde hacía décadas en que los empresarios del textil se iban transfiriendo el cargo de presidente en lo que se conoció como 'pasarse el porrón'. Él ganó en 1978 las primeras elecciones desde la implantación de la democracia en España y llevó a cabo una profunda reestructuración en la entidad azulgrana.
José Luis Núñez tiene actualmente 81 años
De ser el Barcelona una entidad alejada de los títulos, pasó con Núñez a convertirse en una maquinaria de hacer dinero y de levantar alguna copa, especialmente en Europa, aunque tardó ocho años en lograr su primera Liga. A Núñez, aunque no le estuviese bien la situación, daba por bueno que el músculo financiero del Barcelona estuviese como nunca, mientras que la explicación de la ausencia de Ligas la encontró a veces en agitar el fantasma de los árbitros.
En la Federación Española de Fútbol también implementó su carácter, hasta el punto de dejar sin fútbol una temporada a la afición hasta que TVE no se aviniese a someterse a sus tesis de cómo repartir el dinero, en cuya modificación el Barcelona fue uno de los más beneficiados.
Su largo reinado en el club está plagado de anécdotas y de encontronazos, con el Madrid y con el entorno culé, entre otros. Precisamente cuando ganó la Liga en 1985, Núñez cumplía los ocho años en el cargo, línea que nunca antes superó ningún presidente en la entidad, pero él creyó que su obra estaba inacabada, a pesar de llevar a cabo una ampliación monumental del Camp Nou, que hizo que el Barcelona tuviese de golpe 30.000 socios más.
Tras el estrepitoso fracaso en Europa, cuando en 1986 perdió el Barça la Copa de Europa en Sevilla, el Barcelona de Núñez entró en un declive que pudo haberse llevado de por medio al mandatario, pero unas elecciones en que luchó contra un candidato (Sixte Cambra) instrumentalizado por el poder político de la Generalitat, donde siempre tuvo a Jordi Pujol como un declarado enemigo, y posteriormente el fichaje de Johan Cruyff cambió su destino.
Después de que la plantilla azulgrana se le amotinase ('Motín del Hesperia') y no encontrase la fórmula que tanto tiempo anduvo buscando, la falta de títulos y cierta estabilidad, llegó con Johan Cruyff, con el que el Barcelona se llevó cuatro Ligas seguidas y una Copa de Europa en el 1992, aunque la relación entre ambos abrió una de las heridas más profundas que ha tenido la historia del club, y que aún hoy pervive.
Despedido Cruyff, el Barça estuvo agitado desde el entorno noche y día a pesar de que dos nuevos técnicos obtuvieron numeros éxitos, como fueron Bobby Robson y Louis van Gaal.
José Luis Núñez durante premiación a Xavi en enero de este año
En esta última época, incluso Núñez fue sometido a una moción de censura que impulsó el llamado 'Elefant Blau', liderado por Joan Laporta, quien en el 2003 alcanzaría la presidencia. A pesar de haber recogido en las urnas el apoyo de la afición que no validó el voto de castigo, después de que el año anterior (1997) ganase claramente en las elecciones a Ángel Fernández, Núñez no tuvo un momento de tranquilidad, a pesar de haber logrado aquel 1998 que todas las secciones profesionales ganasen el título de Liga.
Con los últimos años de Van Gaal se iniciaba a la par la caída de un Núñez que no sólo era cuestionado en el entorno azulgrana, sino en el suyo profesional, en que la justicia le había puesto el ojo después de que se descubriesen una serie de irregularidades en algunas inspecciones de Hacienda con su empresa.
Ante la presión que se le venía encima, Núñez decidió dimitir en el 2000 y convocar elecciones que dieron a su delfín (Joan Gaspart) la presidencia, que acabó como el rosario de la aurora, cuando en el 2003 también dimitió ante la caída en picado que había iniciado el club, tras una gestión económica y social muy accidentada.
En sus 22 años de mandato, Núñez obtuvo 27 títulos, entre los que destacan siete Ligas (1985, 1991, 1992, 1993, 1994, 1998 y 1999), seis Copas del Rey (1981, 1983, 1988, 1990, 1997 y 1998) y una Copa de Europa (1992).