En un partido del torneo regional de Rumania se registró un deplorable incidente en contra de un árbitro que sufrió las consecuencias de una polémica decisión.
Durante el partido entre los clubes Semenicul Valiug y el Minerul Anina, que aspiran ascender a la Segunda División del fútbol rumano, un jugador cometió una falta imprudente que ocasionó que el juez le sacara la tarjeta roja.
Sin embargo, el jugador sancionado no pudo controlar su impotencia y se lanzó contra el hombre de negro, quien terminó tendido en el piso.
Como era de esperarse, el réferi dio por suspendido el friccionado choque que evidencia que la violencia en el fútbol no es exclusiva de sudaméica.