La posesión es una milonga | Foto: Reuters
La posesión es una milonga | Foto: Reuters
/ SUSANA VERA
Julio Vizcarra Torres

Desde que aquel inolvidable Barcelona de Pep Guardiola enamorara al mundo con su sinfonía de toques, definiendo el fútbol-show, todo lo que vino luego fue un mero ‘tiki-taka’ improductivo. Incluso para el buen Pep, que siguió ganando en Alemania e Inglaterra, aunque con notas menores.

Fueron intentos fallidos en la búsqueda de repetir una fórmula que funcionaba por la destreza individual de sus intérpretes. Lionel Messi (la mejor versión del argentino), Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Dani Alves y compañía eran un fórmula 1 que pasaba de 0 a 100 en segundos. Cuando parecía que tanto toque te adormecía, estos cracks transformaban la posesión en ataques directos que terminaban en gol. Se divertían sin dejar de mirar el arco contrario. Hoy, parece que se ganan puntos por ser dueño de la pelota.

Lionel Messi (la mejor versión del argentino), Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Dani Alves y compañía eran un fórmula 1 que pasaba de 0 a 100 en segundos | Foto AP
Lionel Messi (la mejor versión del argentino), Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Dani Alves y compañía eran un fórmula 1 que pasaba de 0 a 100 en segundos | Foto AP
/ Alessandro Della Bella

1.005 pases del Barza, 6 remates a puerta y sufriendo para ganar... conclusión: los pases son una milonga”. Así, el periodista Josep Pedrerol, conductor de “El Chiringuito”, comenzó el popular programa español, que tuvo como primer acto lo que dejó el 1-0 del Barcelona sobre el Granada, en el debut del técnico Quique Setién.

El último ejemplo de esta realidad lo protagonizó el invencible Liverpool de Jürgen Klopp. El cuadro ‘Red’, imbatible en la Premier, sucumbió frente al Atlético de Madrid del ‘Cholo’ Simeone, en la ida de los octavos de final de la Champions League.

Según la UEFA, el vigente campeón de Europa acabó el duelo en el Wanda Metropolitano con 67% de posesión, 765 pases, 636 de ellos completados, y… ¡ningún remate al arco de Oblak!

El Atlético, cuarto de la Liga Española, ganó con gol de Saúl y solo 33% de posesión de balón. Y pudo haberse llevado un triunfo por algún gol más.

A diferencia de lo que pasa en la Liga Premier, la que Liverpool ganará nuevamente luego de 30 años, ante el Atlético las individualidades no potenciaron el colectivo. Algo que sí hizo el equipo de Simeone. Sin el desequilibrio de Mohamed Salah, Sadio Mané y Roberto Firmino, Liverpool fue un conjunto que no metió miedo.

La tendencia es esta. Ya lo vimos en la última Copa América. Brasil sumaba pero dejaba dudas. Sin Neymar, por lesión, y la frialdad de Coutinho, el pentacampeón se hacía del balón, dominaba y aburría a la ‘torcida’, que clamaba por Everton. Preguntamos qué tenía de especial el extremo de Gremio y los colegas coincidieron en la respuesta: “No tiene miedo a encarar”. La gambeta de ‘Cebolinha’, que nosotros sufrimos, le enseñó el camino al cuadro de Tite.

“Con una gambeta se abre un mundo”, tituló “El País” de España la entrevista con el argentino ‘Papu’ Gómez, figura del sorprendente Atalanta, en la previa del 4-1 sobre el Valencia, que casi sentenció esta serie de octavos de la Champions.

La gambeta, ese juego del engaño, es la única fórmula para que la posesión deje de ser un cuento.

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