Del comunicado anunciando su retiro como futbolista a los 27 años atormentado por las lesiones a la publicación en Instagram que contaba, orgulloso, su inicio como entrenador en la academia del París Saint Germain en Florida, Estados Unidos, solo pasaron seis meses. La vida de Iván Bulos (Lima, 1993) ha dado un giro de 180 grados. Aún tiene los estragos de vivir con los ligamentos cruzados de su rodilla derecha aún rotos -no se puede operar-, pero es feliz dirigiendo a las categorías sub 16 y sub 18 de la filial del poderoso equipo parisino que tiene como máxima figura a Lionel Messi. Sus primeros pasos como técnico, luego de estudiar desde los 21 años, los da dentro del primer mucho del fútbol. El exdelantero cuenta a DT El Comercio su experiencia.
—¿Cómo es la vida después del retiro?
Bien, muy tranquilo. Con mucho más trabajo que un futbolista. Como técnico estoy en otra faceta completamente diferente, por más que trabaje en el mismo lugar que es el campo. No es una transición fácil.
LEE TAMBIÉN: Los jales de antaño: Cuando los refuerzos de la ‘U,’ Alianza y Cristal eran las portadas más comentadas | CRÓNICA
—¿Estás viviendo un día a día como lo imaginaste cuando decidiste dejar de jugar?
Sí. Yo sabía que iba a ser entrenador cuando estaba jugando incluso. Para esto me he preparado mucho tiempo. En este momento estoy haciendo lo que quería: entrenar. Primero estoy agarrando poco a poco el ritmo con un equipo juvenil y luego espero agarrar experiencia para tener bajo mi mando un equipo profesional. Todavía soy joven, me acabo de retirar este año, estoy en ese proceso de aprendizaje, de ir probando algunas cosas que ya tenía elaboradas desde antes, ver qué funciona y qué no, haciendo algunos ajustes, pero sí, estoy haciendo lo que más me gusta.
—Esa transición de pasar de futbolista a técnico, ¿la viviste o la sufriste?
Lo viví. Si tú escuchas hablar a los futbolistas cuando se retiran, dicen que les cuesta muchísimo dejar de ser jugador de fútbol. Pero en mi caso todo lo contrario, por más que la gente me haya dicho que me iba a costar, creo que el tener claro qué iba a ser después, que es ser entrenador, me ayudó. Sinceramente prefiero ser más técnico que jugador, es un gusto personal.
—¿En qué momento decidiste ser técnico?
A los 21 años me empecé a preparar, tenía claro que iba a ser entrenador cuando me retirara del fútbol, lo que no sabía era que iba a ser tan pronto por las lesiones. Comencé a prepararme desde esa edad porque sentía que mientras más preparación era mejor. Yo siempre preferí ser técnico que futbolista y ahora que estoy de este lado lo puedo reafirmar.
—¿Cómo fueron tus últimos años como futbolista profesional con las constantes lesiones?
Durísimo porque las lesiones son difíciles de sobrellevarlas. Más aún cuando son repetitivas, cuando sales de una y entras a otra. Necesitas apoyo familiar y profesional. Es sumamente desgastante. Uno siempre cuando está jugando y se lesiona, tiene la ilusión de volver, de recuperarse, le pasa a cualquier futbolista. Ese proceso es muy estresante. Ahora es un alivio saber que ya no me pasa de nuevo.
—¿Jugaste con dolores?
Los últimos cuatro años de mi carrera los jugué con dolores. Desde que me lesioné en la rodilla no hubo un partido o entrenamiento en el que no sienta dolor. Me dolía todo el día, las 24 horas y los siete días de la semana. Hice de todo para jugar el mayor tiempo posible, lo estiré lo más que pude. Fueron muchas lesiones en la misma zona lo que hizo que se me imposibilite jugar, pero al final son experiencias que me quedan y trato de sacar lo mejor.
LEE TAMBIÉN: André Carrillo, un cierre de año con gol y una imagen que puede tranquilizar a la selección
—¿Cómo estás ahora?
Todavía me duele la rodilla. No puedo correr en la cancha porque se me inflama. Hago ejercicios sin mucho impacto. Lo que pasa es que todavía tengo el ligamento cruzado roto. La última vez que me lesioné no me volví a operar, ya que los doctores no me lo permitieron. Recién en unos años me podré poner la prótesis.
—¿Te costó tomar la decisión de dejar el fútbol?
Cuando ya son tan repetitivas y agresivas las lesiones, uno ya va considerando la posibilidad. Yo tenía claro qué es lo que quería ser y por ahí ya tenía más ganas de que empiece mi otra faceta (de técnico) que seguir jugando. Igual yo fui hasta el final, hasta que los doctores me dijeran que ya no podía jugar más. El momento de decir basta es duro porque uno no está preparado y cuando lo comuniqué como que me di cuenta de la magnitud de la noticia. Aunque me duró muy poco, no me sentí demasiado afectado.
—¿Te pesó llevar la mochila de ser el sucesor de Paolo Guerrero en alguna oportunidad?
A mí no me pesó en lo absoluto porque yo no lo tomaba personal. Sabía de la necesidad auspiciosa de encontrar un reemplazante a Paolo en ese momento y yo era un jugador de características similares. Sabía que no era por mí exclusivamente, éramos varios que cargábamos esa expectativa de la gente de encontrar un sucesor a Guerrero, pero a mí no me afectó. Es más, era una motivación y una oportunidad buena para mí. Yo intenté dar lo mejor por mi carrera, no solo en el caso puntual de ser el sucesor.
—¿De qué te privaron las lesiones?
De la posibilidad de poder integrar la lista mundialista, que era algo que yo quería. Me lesioné justo a puertas del Mundial, así que no pude luchar por un puesto. Pero luego, analizando mi carrera, estoy muy contento con lo que pude lograr: jugué en el extranjero y en la selección. Siento que me ha servido muchísimo para lo que estoy haciendo ahora.
LEE TAMBIÉN: Un fracaso: subasta de objetos de Diego Maradona terminó con autos y casas sin compradores
—¿Con qué técnicos te has reunido en tu camino a ser entrenador?
Con Ricardo Gareca, Juan Reynoso, Chemo del Solar. De la liga peruana con todos. Luego con entrenadores que tuve en Portugal, Bélgica. También tuve una reunión con Mariano Soso.
—¿Cómo llegas a trabajar a la academia del PSG en Florida?
Hice varios cursos en el Barcelona. Ahí conocí unas personas, quienes me comunicaron que había una posibilidad en el París Saint Germain. El director de la academia era un exentrenador de La Masía [famosa cantera del Barza]. Me reuní con él, me propusieron el trabajo, pasé varias entrevistas y al final me salió todo bien para quedarme en la institución.
—¿Qué categorías tienes a cargo?
A los de 16 y 18 años.
—Dos categorías que prácticamente son la puerta del fútbol profesional
Sí, son los más grandes de la academia. Yo quiero ser entrenador de un equipo profesional no de menores, por eso pedí agarrar esas categorías. Lo que busca el PSG es que los mejores vayan a la reserva del primer equipo. Por eso, el trabajo aquí es captar a todos los jugadores de la región que tengan condiciones de subir al plantel principal o a algún club de la MLS. Hay un departamento de scouting y análisis que se encargan de la selección. El director de la academia, junto a mí, damos el vistazo final para que integren el equipo.
—¿Cómo vives tu experiencia en la academia de un equipo del primer mundo?
La verdad es que al principio no tenía muy claro qué tanta participación tenía el PSG, pensé que era una academia aparte que solamente tenía el nombre. Pero no es así. Nos tenemos que reunir con gente de Francia, nos evalúan y debemos tener claro la metodología del club. Los entrenamientos que hago los tengo que pasar porque están en constante revisión. Y con el complejo que han hecho aquí te das cuenta la seriedad y por qué es un club de primer mundo. La inversión es enorme. La capacidad de captar jugadores y darles lo mejor es increíble.
—¿Cuál es la metodología del club?
El PSG está intentando desarrollar un estilo que se reconozca como le ha pasado al Barcelona y no tanto por la compra de jugadores como se le conoce hoy en día. Se ha saltado esa parte porque tiene la capacidad de fichar, pero así como invierte dinero en Messi o Neymar, también lo hace en la formación de jóvenes talentos. La organización de nuestro entrenamiento es el mismo que el de la sub 12 de la academia en Francia o del primer equipo de Mauricio Pochettino. Después el contenido de cada ejercicio es distinto porque eso depende de la situación de cada equipo, pero la organización es la misma porque el club trata de ahorrarle al futbolista el mayor tiempo posible para que se le haga más fácil la adaptación a un nivel superior. Es un proyecto a mediano o largo plazo.
—¿Las evaluaciones las hacen en Florida o has viajado a París?
Por todo el tema del COVID-19, y porque llevo poco acá, aún no he viajado. Sí está agendado ir para el próximo verano europeo, en junio o julio. Nosotros debemos ir a Francia por lo menos dos veces al año a las capacitaciones con los directores del club, pero constantemente estamos en evaluación aquí. Cada dos semanas tenemos que exponer qué estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Están detrás de nosotros, nutriéndonos y comparamos entre todos para ir mejorando.
—¿Tienes pensado dirigir en el fútbol peruano en algún momento?
No descarto ir a Perú, pero aún no está en mis planes. Quiero seguir desarrollándome como entrenador. Todavía no tengo prisa de ser un técnico de primer equipo. Quiero ver si puedo integrar un cuerpo técnico de primera división, pero ahora estoy concentrado aquí y en esta posibilidad grandiosa de seguir avanzando en mi carrera.
TE PUEDE INTERESAR
- Frederic Sinistra, el hombre más fuerte de Bélgica, murió tras luchar contra la COVID-19
- Luis Advíncula nominado al XI ideal de América en la votación anual del diario El País
- Manchester United vs. Newcastle: la peligrosa acción de Cristiano Ronaldo que pudo terminar en expulsión | VIDEO
- Taekwondo Poomsae y los éxitos que confirman que Perú sigue siendo potencia internacional en esta disciplina