Alrededor suyo han surgido mil y una leyendas. Todas tan buenas como increíbles. En los bares del barrio de La Boca se cuenta que una vez impidió dos goles de Independiente en una misma jugada: primero con una chalaca y luego con una palomita. También que en un partido no tuvo mejor idea que hacer una pared con uno de los palos de su arco para iniciar un ataque de su equipo.
En tiempos donde el fútbol se veía en blanco y negro (1968-72), Julio Guillermo Meléndez Calderón creó su leyenda en base a su juego distinguido. Era un ’10′ con fútbol en HD jugando de back central. Tres veces campeón con Boca Juniors, don Julio se convirtió en ídolo ‘xeneize’ al punto de que le crearon una canción: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el peruano y su ballet”. Hoy, con 79 abriles bien vividos, el ‘Negro’ conversó con Deporte Total desde Estados Unidos tras la operación que tuvo al corazón. El peruano recordó su etapa en Boca y los clásicos ante River Plate.
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-Don Julio, ¿cómo se encuentra?
Bien, gracias a Dios que me ha iluminado en todo momento. Estoy extraordinariamente bien. Ayer que salí de la clínica estaba muy cansado, pero ahora en casa ya me estoy recuperando.
-¿De qué lo operaron?
Tenía dos válvulas del corazón obstruidas por comer mucha grasa. Yo le echo la culpa al chicharrón, ja ja ja. Pero, bueno, eso era lo que me mortificaba. Ahora ya todo bien. Eso sí, no fue una operación a corazón abierto. Aquí, en Estados Unidos, la tecnología es muy avanzada. Me metieron unas cosas por la muñeca, el codo y la pierna. Ahora estoy sano y feliz.
-Lo mandaron a hacer dieta estricta, imagino…
Sí, estoy haciendo dieta, pero siempre buscando algo con sabor. Frejol, tallarines o algo.
-¿Ya se vacunó contra el COVID-19?
Sí, gracias a Dios ya recibí las dos dosis. Estoy muy bien. Permíteme este espacio para decirle a los peruanos que tengamos fe y seamos conscientes. Esta pandemia nos está haciendo daño, pero tenemos que cuidarnos. Hay mucha gente que no comprende, yo no sé por qué.
-Hablando un poco de su carrera, ¿es cierto que en su debut en Boca Juniors el técnico le pidió que ponga pierna fuerte y cara de malo?
En ese tiempo, en Boca Juniors era común ver a un central rústico, rudo. Pero no era así, esa no era mi manera de jugar. El técnico Jorge Marín Silvero me dijo: pon cara de malo, un back central tiene que tener cara de malo. Entonces yo le dije: “¿Cara de malo? No tengo, jaja”.
-Boca Juniors fue su único equipo en el fútbol extranjero, ¿cómo se dio su llegada?
Yo llegué a Argentina sin saber que iba a Boca Juniors. Fue por Héctor Chumpitaz. En un resto de América que me llevaron en el que también iba Pedro Perico León y Víctor ‘Kilo’ Lobatón. Chumpitaz estaba jugando la Copa Libertadores y yo estaba atrás de él luchando. Lito Salinas me dice que iba a viajar a Chile en reemplazo de Héctor. Jugué bien, salimos en los diarios y me ficharon.
-¿Cómo era jugar en uno de los equipos más populares de América?
Estar en Boca es sentir una presión a diario, sobre todo porque el back central no triunfaba sino el delantero. Yo tuve la suerte y la dicha de hacerlo. Me cuidaba y entrenaba mucho, ya que la disciplina era muy dura. Boca me dio el prestigio y, sobre todo, la calidad de persona que soy. Eso es lo que más necesita un jugador.
-¿Recuerda cuándo fue la primera vez que le cantaron “¡Y ya lo ve, y ya lo ve, es el peruano y su ballet”?
Si no me equivoco fue en el segundo o tercer partido. La hinchada de Boca Juniors coreaba ese cántico en todos los partidos que yo estaba jugando. En el área de Boca hay un vals peruano, decían. Eso significó mucho para mí.
-También fue dirigido por el gran Alfredo di Stéfano…
Don Alfredo, que en paz descanse. Me trae muchos recuerdos. Desde que llegó me contó que era muy amigo de los peruanox. Me mencionó a Vides Mosquera, Carlos Gómez Sánchez, Valeriano López, Gerónimo Barbadillo. Él me decía: ‘el peruano es indisciplinado, pero tú en Boca debes mantener la disciplina.
-¿Es cierto que le pidió que no juegue el Mundial de México 70 por Perú?
Sí. Primero porque en Boca uno no podía ausentarse dos o tres semanas porque perdía el puesto. Yo estaba triunfando en el equipo y me dijo que si había un Perú-Argentina iban a pensar que me eché o algo así. Por eso no jugué.
-El Monumental de River Plate, máximo rival de Boca, lo vio dar dos vueltas olímpicas
Claro. En 1969 cuando empatamos 2-2 con River y ganamos la Copa Argentina. Y en 1970 le ganamos a Rosario Central en el Monumental también y volvimos a dar otra vuelta olímpica.
-¿Cómo eran los clásicos ante River Plate?
Uff, sobrino. Se jugaba con pierna fuerte. Pero más allá de todo, recuerdo una anécdota. En un clásico jugado en el Monumental me expulsaron y las casi 60 mil almas en el estadio me aplaudieron. No solo los hinchas de Boca sino también de River. Pinino Más y Hermindo Onega me acompañaron hasta la boca del túnel mientras el público me aplaudía. Eso significó mucho. Puedo decir que me quieren bastante en River, los viejos hinchas ‘millonarios’ decían que yo era para River. Pero jugué en el mejor equipo de Argentina.
-Era muy querido en Argentina…
Tengo el orgullo de que cuando me ven me saludan, me felicitan. Y no solo los hinchas de Boca Juniors o River Plate, también de otros equipos como San Lorenzo, Huracán. He sido muy querido con humildad porque a mí no me gusta la sobradera.
-Después de la Copa Libertadores 2018, los hinchas de River Plate dicen que su club es mejor que Boca, ¿qué opina?
Boca es y seguirá siendo el más grande. Mil veces mejor. Es el más grande de todos. Es una institución de la cual le hablé a Carlos Zambrano.
-¿Conversó con Carlos Zambrano antes que llegue a Boca?
Sí. Hablamos y estuve pendiente de él. Ojalá le vaya muy bien a Carlos y sea muy querido por el hincha.
-¿Qué sintió al ver su nombre en el equipo histórico de Boca Juniors junto a Diego Maradona, Silvio Marzolini, Juan Román Riquelme?
Una alegría inmensa que me sigan teniendo en cuenta y ser considerado el mejor número 2 de la historia de Boca. Yo siempre quise dejar escuela en los equipos donde estuve. En Boca recuerdo que Roberto Mouzo cuando era juvenil me preguntaba cómo anticipar a un delantero y le enseñaba. Rojas también me pedía muchos consejos. Yo feliz de dárselos.
-¿Cree que Paolo Guerrero triunfaría en Boca Juniors?
Yo quiero a once peruanos jugando en Boca Juniors. Es que jugar ahí es lo más grande que hay y a todos los peruanos les deseo eso.
-¿Cuál fue el delantero que más le costó enfrentar?
Han habido muchos. He tenido que enfrentarme a Pedro Perico León, Enrique Cassaretto, Percy Rojas. Con Boca Juniors enfrenté al ‘Lobo’ Fischer de San Lorenzo o Aldo Poy de Rosario Central.
-¿Y el futbolista más talentoso con el que jugó?
Clemente Rojas era demasiado bueno. Ubaldo Rattín también. Extraordinarios jugadores.
-¿Cómo vivió los últimos años de la selección peruana con clasificación al Mundial y final de Copa América?
Yo una vez dije que iba a morir cuando Perú clasifique al Mundial. Gracias a Dios se cumplió solo lo primero. Ahorita estoy bien, feliz y muy vivo. Le deseo lo mejor a la selección peruana y espero que los jugadores sigan defendiendo el equipo con alma y corazón.
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