Cuando se esperaban iniciativas que atacasen directamente la inseguridad ciudadana, ayer el Gobierno Central tomó la medida inicial de cerrar la tribuna sur para Alianza Lima y la de norte para Universitario en sus próximos partidos de local.
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Los administradores Jean Ferrari (‘U’) y Diego Guerrero (Alianza), así como miembros de la FPF y Liga 1, se reunieron ayer en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) con Alberto Otárola. Tras exponer cada uno su punto de vista, el primer ministro anunció que Alianza tendrá la tribuna sur cerrada este domingo ante Comerciantes (Villa El Salvador) y la ‘U’ la de norte ante Huancayo el viernes 1 de marzo.
“Este es un mensaje inicial y si esto continúa habrá más reuniones y se tomarán más medidas para esta problemática”, aseguró Ferrari.
Alianza participó de la reunión pero no firmó el acta al considerar que lo perjudican con la medida por hechos de violencia que fueron cometidos en el marco de un partido de Universitario.
El presidente del Consejo de Ministros, junto con el titular del @MininterPeru, se reúne con la @PoliciaPeru y autoridades deportivas tras enfrentamientos entre barras bravas de equipos de fútbol. “Condeno estos hechos de violencia en perjuicio de menores de edad”, aseveró. pic.twitter.com/AO5ik8IrRM
— Consejo de Ministros (@pcmperu) February 20, 2024
—Reacciones—
La medida ha sido criticada por los actores del deporte y lo explican los especialistas. “Es una medida facilista porque los barristas igual se van a desplazar a otras tribunas. No van a dejar de ir a los estadios”, indica el abogado penalista Iván Torres La Torre.
En ese sentido, Alianza juega este domingo y su barra Comando Sur ya anunció que, pese a la restricción, se hará presente en Villa El Salvador. “Cierren sur e iremos a norte”, anunciaron en sus redes.
Es una medida facilista que simplemente cierra tribunas y atenta contra la libertad de concurrir a los espectáculos deportivos. Lo que va a ocurrir es que esto barristas se van a desplazar a oriente u occidente. Los que pierden son los amantes del deporte y los clubes se ven económicamente perjudicados.
En vez de estar cerrando tribunas debe haber un plan policial que permita la movilización del público asistente, la observación con cámaras de seguridad y sobre todo la inteligencia policial, que conoce muy bien quienes son estas mafias incrustadas en las barras.
Es una vergüenza que se estén dedicando a tomar medidas facilistas que no solucionen nada. Debe salir el Ministro del Interior o el director de la PNP a garantizar la tranquilidad a todas las familias que van a asistir a los espectáculos. La medida no va a solucionar.
Los clubes son responsables por sus barras y son los primeros que deben garantizar que sus barras fomenten el deporte y el aliento a sus equipos, no la violencia ni el delito. Los clubes deben mantener un empadronamiento y control de sus barras y no permitir que se infiltren mafias.
La Policía tiene que hacer seguimiento a esos alteradores del orden público se lleva con colaboración de los municipios. Es un trabajo de telaraña con cada distrito. El barrista igual va a ir a la periferia del estadio así la tribuna esté cerrada.
Con eso, el cierre de las tribunas no ayudaría a luchar contra la violencia, ya que los malos hinchas igual se van a desplazar y hay otros aficionados que no podrán ir a una tribuna popular. “Esto pone a todos en un mismo saco. Hay buenos hinchas que van a la popular”, nos comenta Edu Flores, especialista en márketing deportivo, CEO de Toque Fino.
En tanto, el general PNP Enrique Monroy pidió que se trabaje en la reforma de la ley y que los clubes reanuden el tema del empadronamiento y los cercos. “Hemos puesto sobre la mesa modificar las distancias de los cercos perimétricos”, aseguró. Hoy solo es de cinco cuadras a la redonda y no aborda lo que pase en otros distritos.
Para el abogado Torres La Torre, “lo que debe haber es un plan que permita la observación con cámaras de seguridad y la inteligencia policial para identificar a las mafias infiltradas en las barras”. Para esto se requiere un trabajo entre todos los involucrados, incluidas las municipalidades.
Así, el fútbol peruano sigue metido en un hoyo de violencia que medidas populistas no ayudan a salvarlo.
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