Salomón Libman a El Comercio: "No paro hasta la selección"
Salomón Libman a El Comercio: "No paro hasta la selección"
Redacción EC

Nadie le regaló nada a Salomón Libman. En este su momento más glorioso es imposible no mirar atrás y recordar sus inicios en el fútbol. Un chico rubio del Cantolao que soñaba con llegar a un club profesional y a la

A Salomón no siempre se lo identificó por el virtuosismo, pero a cambio ofrecía un empeño que otros goleros de su edad no tenían. Esa obstinación de seguir su sueño a pesar de la desventaja técnica que podía tener en sus inicios, hizo que recalara en el Sport Boys hasta adueñarse del arco. 

En Alianza bailó con la más fea porque rivalizó por el puesto con George Forsyth, con quien tenía un nivel parecido, pero diferente peso de jerarquía. Así alcanzó un nombre en el equipo más grande del país, pero se marchó porque entendía que Forsyth tenía herramientas de persuasión que él no tenía sobre los entrenadores.

LA NOCHE MÁGICA

Así llegó a y ahora todo es un sueño. “El de ayer [miércoles] ha sido uno de los mejores partidos de mi carrera por lo determinante”, reconoce el golero que atajó 4 penales a los brasileños del Bahía que llegaron a Trujillo con una ventaja clara.

Por ahora Libman no quiere que su boca pronuncie la frase ‘final de la Sudamericana’. “Hay que ir paso a paso, pero a quién no le gustaría. Nos comparan con Cienciano, pero esto es diferente. Lo de ellos fue muy meritorio, pero ahora las cosas son distintas”, reflexiona. 

LA SELECCIÓN EN LA MIRA

Tremenda actuación reventó las redes sociales con comentarios. Y aunque la selección no es un tema desconocido para Libman, él prefiere no crear polémica, solo aguarda. “La selección va a llegar en su momento. No tengo problemas. Hay una competencia dura por el arco de la selección y yo no voy a parar hasta llegar”, confiesa. 

Y es que Salomón guarda buena amistad con los hombres con quien compite en el puesto, como Raúl Fernández y desde la infancia con Diego Penny y José Carvallo, con los que, incluso, tiene fotos en Facebook de aquella época. “Cualquiera puede estar, pero cada uno pelea por lo suyo. Yo quiero atajar por la selección porque es un reto y quiero a mi país”. 

Libman regresa al tema de Vallejo y cree que el secreto de haber llegado a los cuartos de final está en “ir partido a partido. Tener un buen grupo y ya hemos conversado de buscar la gloria”.

Pero no ‘vende humo’. Reveló que se había preparado bien para atajar en la definición. “Los estudié”, dice, pero reconoce que “pateando penales solo había practicado una vez y menos mal que las cosas salieron bien”

Así es Salomón Libman, el golero que quedó en la historia por hacer lo que ningún otro golero hizo por un club peruano. Y escrito con todo respeto. 

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