Un resumen de lo que fue la primera semana de la fase de grupos de la Copa Libertadores. Gran victoria de Binacional y Leao Butrón y el (no) récord en el torneo.
Un resumen de lo que fue la primera semana de la fase de grupos de la Copa Libertadores. Gran victoria de Binacional y Leao Butrón y el (no) récord en el torneo.
Jorge Barraza

Semana frenética de Libertadores: comenzó la fase de grupos con 16 partidos en sólo tres días, siete de ellos el miércoles. Una locura. Como ir al súper y que se nos venga encima una gigantesca pila de latas de tomate. Querer ver todo es imposible, porque hubo hasta cuatro encuentros en igual horario. Además, está el riesgo de morir por sobredosis de fútbol. De modo que debimos elegir: uno el martes (Caracas 1 - Boca 1), dos el miércoles (Barcelona 0 - Independiente del Valle 3 y Junior 1 - Flamengo 2), uno el jueves (Estudiantes de Mérida 1 - Racing 2). Hasta los años ‘90 la Copa constaba de 21 equipos y 90 partidos, hoy son 47 clubes y 155 juegos (72% más). Sumado a la superpoblación de torneos locales, copas nacionales, internacionales, recopas, Eliminatoria, Copa América, lleva a esta maratón en la que muchos juegos pasan inadvertidos. Pero dejó largos retazos…

* El filtro. Luego de las tres rondas iniciales quedaron 32 competidores y se ahondó la desigualdad de cupos. En tanto Bolivia, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela la afrontarán con sólo dos representantes, Brasil sigue con 7 (apenas se le cayó Corinthians), Argentina avanza con 5, Ecuador 4 y Colombia y Paraguay 3.

* La debacle. Como casi todos los años, el fútbol más flojo de Sudamérica en Libertadores es el chileno. Palestino y Universidad de Chile fueron eliminados tempranamente. Y Colo Colo y Católica arrancaron perdiendo feo. En total, los Chi-Chi-Chi jugaron 6 partidos, perdieron cinco y empataron uno, marcando apenas un gol y recibiendo 10. Esto habla de la blandura del único fútbol íntegramente privado del continente. Todos los clubes se convirtieron en sociedades anónimas hace quince años y los resultados han sido nefastos. Reinaldo Rueda no encuentra valores para hacer el recambio en la selección.

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* El equipo. Flamengo. Con varios ausentes ilustres de los que lograron la Copa en 2019, venció al Junior 2-1, aunque pocas veces un resultado es tan embustero. Debió ser más amplio. Y el descuento de Junior, a cargo del interminable Teo, llegó en el minuto 95. Fue maquillaje. El propio Julio Comesaña fue muy hidalgo en la rueda de prensa posterior: “Flamengo es muy superior individual y colectivamente a nosotros”. Sin Bruno Henrique, su máxima estrella junto con Gabigol, sin el excelente zaguero Rodrigo Caio ni el español Pablo Mari (cedido al Arsenal), sin Willian Arão, Flamengo dio un magisterio en Barranquilla, confirmando que el campeón está entero, con hambre para un segundo plato.

* La sorpresa. El Guaraní de Gustavo Costas. Ganó las tres fases previas y debutó con victoria en su grupo. De siete partidos ganó 6. Apenas perdió con Corinthians, pero igual lo eliminó. Y lleva 12 goles marcados y 3 recibidos, con un equipo sin demasiado presupuesto. El Aborigen es tradicionalmente el cuarto club del Paraguay detrás de Olimpia, Cerro y Libertad.

* El campanazo. Justamente el de Deportivo Binacional. Voltear a un grande como el Sao Paulo, con un plantel valuado en 90 millones de euros y un presupuesto quizás veinte veces mayor, es mérito grande. Y de remontada… Justo es señalar que el equipo paulista tuvo mínimo media docena de situaciones de gol para definir el partido. Claro, de la ineficacia propia no se puede culpar a nadie.

* El rodillo. Independiente del Valle, un equipo de asombro, ordenado, atrevido, lleno de fútbol, que desarrolla sabiamente el libreto del español Miguel Ángel Ramírez. No tiene hinchas, pero le sobra personalidad. Goleó como visitante a Barcelona, que venía siendo la sensación de la Copa, pues había pasado las tres primeras instancias marcando 15 goles y con un fútbol atractivo. Encara los torneos internacionales con una veteranía y una confianza admirables. El miércoles recibirá a Junior, vale la pena invertir esas dos horas. Es un club que trabaja brillantemente en inferiores y tiene un ojo clínico para los refuerzos más grandes.

* La curiosidad. ¿Cómo puede ser que se forme un grupo tan terrible como Flamengo, Independiente del Valle (los actuales campeones sudamericanos), Junior y Barcelona, mientras en otro se reúnen Palmeiras, Guaraní, Bolívar y Tigre…? Es una disparidad absoluta. Eso se puede evitar antes del sorteo.

* El nivel. Discreto. Y un poco menos también, como en los años anteriores. Salvo los mencionados Flamengo e Independiente del Valle, no se ve brillantez porque no la tienen los intérpretes. El poder económico del FLA le permitió comprar el pase definitivo de Gabigol: 20 millones de dólares y 20% de una futura venta para el Inter de Milan. El goleador vale cada centavo de ese dinero. Si hubiera veinte Gabigol la Copa se jerarquizaría; hay uno sólo.

* Lo inquietante. Las derrotas, ya en la primera jornada, de los tres participantes colombianos. Va una sola fecha, es cierto, pero cayeron de local y están en grupos durísimos. América comparte con Inter y Gremio de Porto Alegre, que se sacarán los ojos por ver quién sale primero. Junior deberá sumar sus puntos frente a Barcelona e Independiente del Valle, ambos muy competitivos, y el Medellín se la jugará ante Boca y Libertad (y este ya le ganó de visita). Muy brava para los tres.

* El (no) récord. Circuló en muchos medios que, tras el partido Alianza Lima-Nacional, Leao Butrón pasó a ser el arquero más veterano de la historia de la Libertadores con 42 años y 364 días. No es así. El más veterano sigue siendo Luis Galarza, arquerazo paraguayo-boliviano que jugó hasta los 44 años y 81 días. Lucho o el Mono, como le decían, atajó 19 años en The Strongest, disputó cantidad de veces la Copa y se retiró de ella el 17 de abril de 1995 frente a Sporting Cristal tapando para Wilstermann, aquella vez que Cristal lo goleó impiadosamente 7 a 0 con tres goles del Chorri Palacios. Lucho Galarza es no sólo el arquero sino el futbolista más longevo de la Libertadores. Butrón necesitaría jugar la Copa 2021 y tal vez la de 2022 para batirle el récord.

* La lógica. “River despreció a la Libertadores y Liga de Quito le metió tres en su debut”, fue el titular de un portal deportivo. Completamente erróneo. River privilegió en todos estos años la competencia internacional. Por ello ha sido triple finalista en las últimas cinco ediciones, ganando dos. Por eso también fue campeón de la Copa Sudamericana y la Recopa. Sucede que el calendario le planteó una disyuntiva cruel: se jugaba en la última fecha ante Atlético Tucumán el campeonato argentino, un título que le resulta esquivo y esta vez lo tiene al alcance de la mano. Con un agravante: si no gana, se consagraría Boca. Era lógico que priorizara ese choque crucial y enfrentara a Liga de Quito con suplentes. Se sabía que podía perder, pero tiene otros cinco partidos para intentar recuperarse. Y lo benefició que Binacional tumbó al São Paulo.

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