Cuando el Liverpool pagó 40 millones de euros por Mohamed Salah a la Roma, muchos discutieron el pase por un jugador que antes ya había tenido experiencia en la Premier League con el Chelsea y no de buena forma.
Sin embargo, el egipcio se vistió de 'Red' y ha sido el líder futbolístico del cuadro de Anfield en las dos últimas temporadas. En la primera terminaron en el cuarto puesto de la Premier League y llegaron a la final de la Champions. En esta segunda están peleando con el Manchester City el título de la Liga Inglesa y esperan dar el golpe este martes para remontar el 3-0 del Barcelona y volver a disputar la final de la Champions League.
Sin embargo, en el cierre de la temporada el Liverpool está padeciendo con sus heridos de guerra. Ya el brasileño Roberto Firmino había sido descartado para el duelo de revancha ante el Barza y este lunes se confirmó la baja de Mohamed Salah por el golpe en la cabeza que sufrió el fin de semana.
Con ello, el halo de mala suerte que tiene Salah alrededor de la Champions vuelve a hacerse presente. El egipcio no podrá disputar el partido más importante hasta el momento, así como le pasó la temporada pasada en la que apenas jugó 31 minutos de la final ante el Real Madrid, que terminó siendo el campeón.
La lesión al hombro que le provocó Sergio Ramos no solo lo sacó del partido, sino también puso en riesgo su participación en el Mundial. El atacante se recuperó apenas una semana antes de la justa de Rusia 2018 y disputó solo dos de los tres partidos de la fase de grupos. No estuvo presente en el debut ante Uruguay, que terminó en derrota de los africanos por 1-0.
Mala caída
Un choque con el portero de Martin Dubravka, del Newcastle, en el minuto 73 de juego lo sacó del juego. El delantero cayó pesadamente sobre su cuerpo y quedó tendido en el campo. Luego fue sacado en camilla y no pudo evitar las lágrimas.
Existe un procedimiento que propone la Premier League en caso de conmociones cerebrales con pérdida de conocimiento, que es de mínimo una semana de descanso para volver a jugar. Si bien el caso de Salah no es tan grave, el Liverpool prefirió no tomarlo en cuenta para este martes.
Los médicos ni siquiera “le permitirían jugar”, aseguró el técnico Jürgen Klopp en conferencia de prensa. Así, sin su ‘dios egipcio’, el Liverpool va por la hazaña europea.
El Ramadán
Además, algo que parece ajeno al fútbol pero que tiene mucha incidencia en el caso de Salah es el inicio del Ramadán. Esta festividad religiosa consiste en un mes sagrado para los musulmanes en el que deben abstenerse de comer, beber y tener relaciones sexuales durante las horas de luz solar.
Este año el Ramadán empezó el pasado domingo 5 de mayo y Salah lo tendrá que cumplir durante 30 días ya que es obligatorio para todo musulmán sano. Solo pueden evitarlo los niños, mujeres con la menstruación, mujeres que hayan dado a luz recientemente y enfermos. Sin embargo, tendrán que 'compensar' los días que no ayunen en otras fechas.
El objetivo del ayuno es, además de la religiosa, la de purificar el cuerpo, fortalecer la voluntad y la de comprender lo que sufren las personas privadas de alimento.
Esto fue objeto de polémica el año pasado ya que la final entre el Liverpool y el Real Madrid se jugó el 20 de mayo, y el Ramadán había empezado diez días antes. En un principio, los médicos del cuadro inglés aseguraron que el delantero egipcio iba a interrumpir su ayuno, pero finalmente personas cercanas a él aseguraron que no lo hizo, por lo que jugó el partido sin haber ingerido alimentos durante el día.
Su historial
En estas dos últimas Champions, Salah ha sido protagonista. Pero su registro no es de los mejores en el torneo europeo. Antes de llegar al Liverpool apenas había jugado una veintena de partidos y convertido seis tantos.