JOHANA CUBILLAS @Jocubillas
En un partido en el que Inglaterra era claro favorito, y con tantos cazatalentos al acecho, los jóvenes de la selección no pudieron tener mejor oportunidad para mostrarse. Perú perdió, sí, pero no puede decirse que tuvieron una actuación del todo mala. No fue tal vez por mérito propio, pero supieron aprovechar por momentos las falencias del cuadro inglés para dar la impresión de un encuentro equiparado.
Durante los primeros 30 minutos del partido fue destacable lo de Jean Deza. Jugador aguerrido como pocos. No se achica ante el rival y siempre juega al frente. Tiene grandes habilidades técnicas, buen control del balón y entendió la táctica planteada por Bengoechea. Este es un ejemplo perfecto que, de ser bien pulido, le vendría muy bien a la selección en un futuro. André Carrillo ya tuvo sus oportunidades con la bicolor y no pudo sobresalir. Es un jugador hábil, con buen recorrido y salidas rápidas, pero le falta temperamento. Tiene una actitud muy pasiva frente a rivales que no te van a perdonar el mínimo error. El físico está, es habilidoso, pero le faltan fortaleza mental, precisión y despegue.
Lo de Callens me parece bajo. Un jugador a nivel de selección no puede permitirse errores tan absurdos como los que llevaron a Inglaterra a anotar en pelota parada. Se le fue la marca más de una vez y es imperdonable para cualquier defensa en un encuentro de esta magnitud. Si tengo que destacar algo de Raúl Ruidíaz es la actitud que tuvo ante los ingleses durante el tiempo que estuvo en la cancha. Puede que no le liguen todas las jugadas, pero siempre encaró y buscó generar peligro. Le falta orden y orientarse más al juego en equipo.
Jugar contra Inglaterra es un evento que probablemente no se vuelva a repetir en años. Siendo conscientes de la mediocridad en divisiones menores del fútbol peruano, no nos queda más que posicionar de la mejor manera a nuestros jóvenes en equipos de afuera para que estos los potencien y lleguen en mejores condiciones a las eliminatorias. Ayer tuvieron la oportunidad de hacer el partido de sus vidas, y a mi parecer, una vez más, no entendieron que había que aprovecharla.