"El fenómeno Carlos Ascues", por Elkin Sotelo
"El fenómeno Carlos Ascues", por Elkin Sotelo
Redacción EC

No pidan una reseña profunda y analítica de lo que fue el fútbol de Perú anoche ante Paraguay. Es conveniente que el foco esté en y su buen pie con la selección. Es un caso atípico que merece la pena revisar y calificar como la única buena herencia que deja el proceso de en la blanquirroja.

En medio del desprestigiado juego nacional y la decreciente fe que se le tiene al equipo que ni con Guerrero y Vargas en el ataque se podía mostrar eficaz, apareció el hombre de la San Martín que ya olvida sus días como zaguero central. En el primer tanto que convirtió se la jugó solo ingresando al área con fuerza y a balón dominado y anotó el empate para Perú ante Justo Villar.

Luego acompañó un buen contragolpe de Yordy Reyna y André Carrillo y definió con frialdad el 2-1 que parecía lejano.

Ese fue Carlos Ascues en la cancha. Ni más ni menos. Un volante de atraque que no se siente menos para ir a pisar el área rival y estar emparentado con el gol como pocos. No es Yaya Touré como seguro leerá en otros medios, pero intenta revivir el espíritu de José Velasquez aunque parezca una herejía. Solo hay que seguir esperándolo (y es que tampoco hay más).

Buen segundo tiempo

Paolo Guerrero fue un show aparte. Un mal espectáculo. Como otras veces afloró su lado más irresponsable y desde el primer tiempo ganó una tarjeta amarilla por pelear. En el segundo tiempo cogió la pelota con la mano y el juez colombiano lo echó aplicando la regla. Y Perú mejoró con 10.

La asociación de Yordy Reyna y Cristian Benavente fue positiva. Alcanzó para no perder la fe del todo, después del sinsabor que dejó el juego peruano en el primer tiempo.

Paraguay inició el partido con una lógica natural: acosó en el medio sector y Perú no pudo tocar la pelota, perdía gran cantidad de pases y así se vio abajo en el marcador. Pero pocos recordarán eso. Ahora solo se piensa en Ascues.

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