Cuando un futbolista alcanza status de comunidad religiosa -en su caso, la Sonnemanía-, sin siquiera haber jugado un partido entero de la selección, entonces estamos ante un fenómeno. “El futbolista que resume esta era”, dice, por ejemplo, el periodista Luis Carrillo Pinto, director de contenidos en Nativa, que impulsado por esta fiebre, decidió transmitir los últimos tres encuentros del extremo peruano en la Liga de Dinamarca.