Claudio Pizarro tiene la frente seca, lleva puesto el chaleco naranja de los que tuvieron que esperar su turno en el banco y los chimpunes están con los pasadores sin ajustar, al viento. No ha sido utilizado por el DT Florian Kohfeldt, pero el ‘14′ no deja de sonreír. Sus compañeros del Werder Bremen, felices por el 2-2 que acaban de alcanzar contra el Heidenheim, le acaban de rendir un homenaje por sus 25 años de carrera: lo arrojan una y otra vez por los aires y, de paso, celebran así la permanencia de ‘Los Lagartos’ en la Bundesliga.
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De aquel 6 de julio ya pasaron 45 días y casi 1,080 horas pero todo sigue igual en la tierra de Google: si uno escribe el nombre de Claudio Pizarro, aparece la imagen del ‘Bombardero’ celebrando con su saludo militar con la camiseta del Pesquero (11 goles), de Alianza Lima (27), del Werder Bremen (153), del Bayern Múnich (125), del Chelsea (2), del Colonia (1), y -más allá de gustos y algunas cuentas pendientes- también con la de la Selección Peruana (20). Sobre todo hoy.
El 20 de agosto del 2003, Perú venció 3-1 a México, en el estadio Los Gigantes de Nueva Jersey. ¿El detalle? El inicio: la escuadra de Ricardo Lavolpe sacó del medio y tras un rebote, en nuestro propio campo, Roberto Palacios inició el recorrido. Comenzó a despegar con la mirada enterrada entre el balón y su pie, y cuando Pardo, el ‘8′ de México, lo tomó por la espalda, el ‘10′ la soltó para Claudio. El ‘Bombardero’ se metió al área y con la izquierda colocó el 1-0. Sí, la celebración fue tan rápida como se lee: el reloj registró 19 segundos. Hasta ahora, más allá de la naturaleza del compromiso (amistoso), la marca sigue. Imborrable.
Aquella noche, en lo que iba a ser el último partido de preparación del equipo de Paulo Autuori (ojo al detalle) para las Eliminatorias a Alemania 2006, el delantero logró que las cámaras lo sigan no solo sobre el verde, sino también hasta el camarín. Por ello, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) tuvo que hacer una gestión especial para que el artillero esté en el arranque del proceso, frente a Paraguay.
-El llamado de urgencia a Guatemala-
Con el aporte de Claudio junto al de Carlos Zegarra (29′) y Nolberto Solano (33′), la victoria estaba casi definida. El problema llegó con un balón dividido entre Miguel Rebosio y Jared Borgetti: ambos se impulsaron y el delantero mexicano dejó el codo. Entonces, cuando el ‘Conejo’ perdía el equilibrio, estiró el pie para que ambos vayan a la lona. El estadio Los Gigantes de Nueva Jersey se transformó en un ring: Rebosio y Borgetti se pararon para continuar el combate, se pusieron frente a frente y recordaron todo el árbol genealógico de cada uno.
La situación llegó a mayores. John Galliquio, por ayudar al compañero, quiso demostrar que el apodo de ‘Tyson’ no solo era por su parecido físico con el boxeador y entró con los puños arriba para que el pleito de dos ahora sea de tres y luego eso se transforme en un pleito de cuatro y más. Aquella noche se trató de resolver la rivalidad con los pies y también con las manos.
El panorama se puso más tenso cuando Briseño atacó a Pizarro (vino por la espalda). El ‘14′ se descontroló y después de que le sacaron la roja, en medio de algunas cosas que le arrojaban desde la tribuna, se fue a buscarlo al camarín. Todos abandonaron la cancha para evitar que haya un round más. Después de eso, el análisis que se podía hacer previo al compromiso con Paraguay quedó al margen. Había una comprensible preocupación: la pizarra de Autuori no estaba completa (también expulsaron a Galliquio).
Entonces, frente a la chance de que ninguno juegue contra los guaraníes (las reglas por ese entonces no estaban tan claras), se organizó un amistoso de emergencia frente a Guatemala (empatamos 0-0). La logística, al menos para ese debut, valió la pena: en el arranque del proceso eliminatorio, vencimos 4-1 a Paraguay. Lo que pasó en el camino ya es historia conocida: quedamos penúltimos, con solo 18 unidades.
Más allá de lo que pasó a lo largo de su proceso en la selección -su ultimo partido fue con Uruguay, el 30 de marzo del 2016-, el tiempo señala que Claudio sigue siendo el que le arrancó la sonrisa más rápida al país en 90 minutos.
-El otro grito antes del minuto en ese proceso-
Es probable que como aquella noche del 2003 en Nueva Jersey, aquel camino a Alemania haya estado repleto de situaciones que oculten el recuerdo de una alegría inmediata. Por ejemplo, el 30 de marzo del 2005, en lo que significó el último partido de Paulo Autuori con la bicolor, Paolo Guerrero celebró -y, por supuesto, la nación también- a los 40 segundos. ¿Quién realizó la asistencia? Claudio Pizarro.
Lamentablemente el cierre no fue como se esperaba: el 2-2 ante Ecuador nos quitó el poquito de vida que nos ilusionaba con llegar a Alemania 2006 y la mala fortuna de la zurda de Andrés Mendoza hacía más dolorosa la vida una época donde parecía que nos acostumbramos a conservar la sonrisa solo por segundos. Más de diez años después, Mendoza llamó a medio país para pedir disculpas a través de una campaña de una empresa de telefonía. Perdonar también es sanar.
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