Luis Advíncula: Del cielo ‘xeneize’ donde camina a ser ídolo, al infierno en la Bicolor con solo dos partidos completos en el 2024

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Al comparar su participación en Boca Juniors y la Selección Peruana en todo la campaña 2024, se nota una disparidad. En Boca, ha disputado 35 partidos, jugando el 83% de los minutos disponibles, lo que muestra una notable continuidad. En contraste, con la selección solo ha participado en el 60% del tiempo en siete encuentros (379 minutos de 630 posibles). Solo contra El Salvador (amistoso, victoria 1-0) y Colombia (Eliminatorias, empate 1-1) jugó todo el partido.

Aunque la diferencia se reduce en cuanto al porcentaje de partidos como titular, con un 71% en la selección frente al 86% en su club, el hecho de que haya jugado cinco veces menos partidos con la blanquirroja sugiere que algo está pasando. La preocupación aumenta al comparar su participación en 2022 con Perú, cuando fue titular en el 83% de los partidos, y en 2019, cuando alcanzó el 100%.

El dato más relevante es el porcentaje de partidos en los que ha disputado los 90 minutos completos, alcanzando un preocupante 29% en apenas siete presentaciones bajo la dirección de Jorge Fossati. En contraste, con Boca Juniors, llega al 60%, una cifra considerable teniendo en cuenta que ha disputado 35 encuentros. Además, aunque las asistencias nunca han sido su estadística más destacada con la selección, la diferencia en este aspecto también es notable: con la bicolor no ha sumado ninguna, mientras que con el conjunto azul y oro ha registrado cinco. Esto plantea una interrogante importante: ¿qué factores están influyendo en la participación y rendimiento de Advíncula con la selección peruana?

Factor posicional

En 2024, Luis Advíncula disputó el 100% de sus partidos con Boca Juniors en su posición natural, como lateral derecho. Esto se debe a que Diego Martínez, su entrenador en Boca, utiliza el clásico sistema táctico 4-4-2 o variantes similares, pero siempre con una línea de cuatro, donde Advíncula se desempeña como lateral derecho.

El caso es distinto con la selección bajo el mando de Jorge Fossati, quien ha implementado su característico esquema 5-3-2, dejando atrás el 4-2-3-1 o 4-3-3 con los que Advíncula jugó en los ciclos de Juan Reynoso y Ricardo Gareca. Con Fossati, Advíncula ha sido utilizado en dos posiciones: como carrilero por derecha y, en ocasiones, por izquierda, una adaptación que Fossati probó debido a la versatilidad de Advíncula para manejar ambos perfiles.

En varios partidos con Perú, como ante El Salvador y Colombia, Luis Advíncula no encontró opciones claras para asociarse en ataque, algo que en Boca Juniors logra con mayor fluidez. El hecho de que en el esquema 5-3-2 tenga menos compañeros con los que formar sociedades y que se le exija cubrir tanto terreno en defensa como en ataque afecta directamente su capacidad ofensiva.

A esto se suma que, al tener que recorrer grandes distancias, suele enfocarse más en defender, como ocurrió contra Colombia y Ecuador. Esto no solo es producto del repliegue del equipo, sino también de su falta de costumbre para cubrir todo el carril en una línea de cinco. A pesar de su velocidad, Advíncula prefiere mantener el orden táctico, lo que limita su capacidad de proyección ofensiva. Estos problemas están vinculados a su adaptación a la posición de carrilero, que le exige un esfuerzo adicional para cumplir eficazmente en ambas fases del juego, reduciendo su rendimiento.

Factor físico

No es nuevo que Luis Advíncula enfrente problemas físicos durante el ciclo de Jorge Fossati con la Selección Peruana. Al menos cinco encuentros se han visto afectados por lesiones que han limitado su rendimiento o presencia en el campo. Ahora, será contra Uruguay donde no podrá participar, pero ya había estado ausente en partidos previos, como frente a Argentina y Canadá en la Copa América. Además, también tuvo que ser reemplazado por una lesión durante el encuentro contra Chile en el torneo continental y contra Ecuador en las Eliminatorias. Su constante fragilidad física plantea interrogantes sobre su disponibilidad y forma en un equipo que busca consolidarse en la competencia.

La carga física de Advíncula se ha visto afectada tanto en Boca Juniors como en la Selección Peruana. Si bien en Argentina ha tenido limitaciones debido a lesiones, la situación se complica al ser convocado con la selección. Los constantes viajes, los cambios en la rutina de entrenamiento y la exigencia de partidos internacionales pueden acelerar el desgaste físico y aumentar el riesgo de lesiones. Esta acumulación de factores puede estar influyendo en su rendimiento y limitando su capacidad para alcanzar su máximo nivel en la Selección Peruana.

Referente en Argentina, juzgado en Perú

A pesar de que Boca Juniors no atraviesa su mejor momento, Luis Advíncula se ha consolidado como un referente en el club argentino. Su camino hacia el cariño de la hinchada no fue fácil; en su primera etapa, enfrentó numerosas críticas, pero supo convertirlas en elogios a base de esfuerzo y dedicación. Hoy, Advíncula cuenta con el respeto y reconocimiento de la afición xeneize, en gran parte gracias a su participación en una etapa exitosa, donde logró conquistar cuatro títulos y un subcampeonato en la Copa Libertadores. Este último torneo marcó un punto culminante en su carrera, al anotar un gol en la final de la temporada 2023.

Sin embargo, la situación es diferente en la Selección Peruana. Muchos hinchas parecen creer que Advíncula ha pasado sus mejores años, y su conexión con el público ha disminuido. Esta percepción puede deberse a que, a pesar de su esfuerzo con la bicolor, los resultados no han acompañado su rendimiento. Desde la era de Juan Reynoso hasta la actual con Jorge Fossati, el equipo no ha logrado mostrar un progreso significativo, lo que ha generado frustración entre los aficionados. Esta insatisfacción se acentúa al comparar su desempeño en el club, donde brilla constantemente.