Selección peruana: "La moda es el problema", por Carlos Univazo

CARLOS UNIVAZO @Carlosu67

Hace algunos años, Guerrero era para el medio local el 'antagónico' de Pizarro, goleador exitoso del Bayern, menos querido aquí que chofer de Orión. Paolo, pichón aún, venía procedente del mismo club, donde jugaba poco y anotaba menos, pero acá lo aclamaban. Eso de decir: "Mato por selección" nos encandila más o menos como cando un cantante internacional llegando nomás jura: "Adoro el cebiche peruano". Nos enamora, nos conmueve, reverenciamos al generoso. Si el 'Depredador' era convocado hace 10 años, y se olvidaban de mandarle los pasajes, normal nomás, venía a nado.

Es cierto, las cosas cambiaron un poquito. Guerrero tiene 30 años, juega en Corinthians y el gordo Ronaldo a su lado es el 'Tanquecito' Chévez. Ante una situación como esa, estar viniendo a cada rato a reforzar a Perú no es que le parezca mal, pero seamos conscientes de que tiene cosas más importantes que hacer. Encima Pablo quiere que juegue dos amistosos juntos para que lo ayude a quedarse, un abuso. Como si Paolo necesitara vitrina. Si buscan un 'punta' que hoy "mate por la selección", ahí tienen a Yordy que anda refundido por Austria. Si ahorita le piden que haga un centro y lo cabecee él mismo, lo va a hacer. Es más, hasta de arquero se pone con tal de que lo sigan llamando.

La predisposición del futbolista peruano para jugar por la selección suele ir en sentido proporcionalmente inverso con su vigencia mediática. Si debe elegir entre sentado en su club y venir a jugar por Perú, contento hará lo segundo, aunque sepa que lo más probable sea una derrota, igual sirve para relanzarse. Pero si juega en un club grande de afuera, rodeado y protegido en cancha por cracks de nivel superlativo, y además se convierte en figura, la selección es como la suegra: hay que cumplir con ella, mas no provoca ir a visitarla cada rato. Paciencia. Cuando Paolo tenga 36 o 37 años, verán cómo así no lo llamen viene 'a la prepo' hasta a los microciclos.

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