El sector hidrocarburos está en crisis. Pero la inacción petrolera en el Perú comenzó mucho antes de que el precio del crudo iniciara su curva descendente en el 2014. Prueba de ello es que entre el 2012 y el 2016, Perú-Petro firmó apenas un contrato de exploración de petróleo y gas, versus 43 entre el 2007 y el 2011.
¿Cómo se explica este desplome? Los expertos en hidrocarburos sostienen que la parálisis en el otorgamiento de lotes de exploración se originó por una combinación de factores, como la exigencia de realizar consulta previa, las elevadas regalías ofrecidas en los contratos y el empecinamiento de la agencia petrolera en lanzar subastas internacionales, que nunca obtenían quórum. Pero esta situación ha empezado a cambiar desde este año.
TULLOW OIL
Sin mucho aspaviento, Perú-Petro firmó en setiembre pasado tres contratos de licencia con la estadounidense Anadarko (una de las top 100) para explorar los lotes off-shore Z-61, Z-62 y Z-63, frente a las costas de Lambayeque y La Libertad.
Y en las próximas semanas, repetirá el plato con la irlandesa Tullow Oil, que ha solicitado explorar cinco lotes (Z-64, Z-65, Z-66, Z-67 y Z-68) en el zócalo continental de Áncash, Piura y Tumbes.
Así lo reveló Federico García-Calderón, presidente de Perú-Petro, en entrevista con Día1. “Ahora estamos negociando los últimos detalles con Tullow. Por lo pronto, hemos definido que la regalía será de 5% [al igual que con Anadarko]. Solo nos falta ver el monto de inversión”, anota.
NEGOCIACIÓN Y REGALÍAS
Perú-Petro estima que la inversión mínima que se pactará con Tullow estaría en el orden de los US$250 millones, correspondientes a la perforación de cinco pozos (uno por cada lote). Esto es, una cifra similar a la pactada con Anadarko (US$200 millones).
¿A qué se debe esta buena acogida, que contrasta con la sequía en atracción de inversiones registrado en el lustro anterior? Según García-Calderón, la explicación es que Perú-Petro ha tornado a aplicar la negociación directa en sus contratos, una fórmula permitida por ley, pero que sus directorios previos se resistían a considerar.
“La negociación con Anadarko marca un antes y un después. Repsol quería esos lotes, pero solicitaba un Acuerdo de Evaluación Técnica (TEA), que no tiene compromiso de inversión. Así que, preguntamos quién quería un contrato de licencia. Anadarko lo pidió y se lo dimos”, anota el funcionario a Día1.
Otra razón serían las bajas regalías. Carlos Gonzales, experto en hidrocarburos, refiere que Anadarko sondeó ingresar al Perú dos años atrás, pero desistió cuando Perú-Petro le dijo que la regalía era de 20%.
“Eso demuestra que bajando regalías, las empresas regresan”, señala.
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