Desde CADE Ejecutivos 2022, Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), apuntó a que el problema del hambre ha vuelto a ser un tema central en el país. Agregó que desde el sector público se han dado iniciativas para atender la crisis alimentaria, que en el Perú es un problema de acceso de alimentos. No obstante, estas medidas son insuficientes y no están articuladas, sostuvo.
Sobre la lucha contra el hambre, ¿cuánto se ha agravado este problema a raíz de la pandemia y qué opciones tenemos en realidad de salir de él? ¿qué es lo más preocupante en adelante?
Hoy día lo que enfrentamos es un acumulado y una tendencia que ya venía desde antes de la pandemia de problemas de malnutrición. Desgraciadamente la pandemia y lo que ha pasado después, la crisis económica, la inflación y la guerra han afectado directamente las posibilidades de la familias de acceder a alimentos en cantidad y calidad suficiente.
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Lo que tenemos hoy día en Perú son los viejos problemas de malnutrición -desnutrición crónica, anemia, sobrepeso y obesidad- unidos a un problema de acceso económico de alimentos por parte de la población. Hoy día un tercio de los peruanos, por falta de dinero o recursos, se ha quedado alguna vez sin alimentos en su casa o ha tenido que reducir mucho su consumo de alimentos. Eso es gravísimo. A ese tercio de los peruanos, que no es su culpa que el mercado laboral no se haya recuperado rápido, que no es su culpa que la inflación alimentaria esté alta, no los estamos ayudando lo suficiente.
Entiendo que estamos hablando de un retroceso en la lucha por el hambre.
Sin duda. La presencia del problema del hambre, que ya casi no era un problema en el Perú, ha vuelto a ser un problema central, comparado con el 2012 cuando teníamos el mismo nivel de pobreza que hoy día. Hoy día hay tres veces más personas que en los últimos tres meses alguna vez se han quedado sin alimentos en su hogar por falta de dinero y recursos. 44% de peruanos en el 2022 dijo que se había quedado alguna vez sin alimentos por falta de alimentos. Esa misma pregunta en 2012 fue [de] 17%. Es realmente grave, porque le estamos fallando a millones de peruanos hoy día.
Más allá del diagnóstico, lo importante también son las soluciones. Las políticas aplicadas hasta el momento han sido bonos y ampliar programas sociales. ¿Deberíamos ir más allá que eso? ¿Dónde debería estar el punto central de esta estrategia política que debería de haber de política pública?
La buena noticia es que hay soluciones, esto se puede resolver, desde el lado del sector privado, de la sociedad civil y de la cooperación, y desde el Estado también sabemos que se puede resolver. El Perú es un caso de éxito en lucha contra la desnutrición. Entonces, sí se pueden hacer cosas, pero hay que hacerlas bien y hay que hacerlas con una estrategia clara y articulada.
Lo que hemos visto hasta ahora de parte del sector público son iniciativas buenas, pero insuficientes, aisladas, que le llegan a uno y no le llegan otro, que no llegan articuladas. Desde el sector privado hay cosas maravillosas que dan resultados, pero necesitamos que se hagan también en paquete. Necesitamos que haya la misma articulación que le exigimos al Estado en el lado privado.
Toda economía, y en el caso del país, para poder garantizar un bienestar general, requiere de ingresos y para crear ingresos requerimos crecimiento, pero no tenemos las mejores perspectivas para ello. ¿Qué tan complicado se hace en adelante enfrentar todo lo que nos has resumido?
El cambio en las proyecciones en el Ministerio de Economía de estos días nos pone en una situación de mayor certeza de que esta crisis alimentaria va a seguir siendo una crisis alimentaria el próximo año. Por eso, en vez de pensar que esto se va a resolver solo y que las cosas van a ir mejorando y que no tenemos que preocuparnos, tenemos que pasar a preocuparnos en serio y exigirnos a hacer más, porque sino no va a ser solo un tercio de los peruanos que van a tener que reducir su consumo de alimentos, sino van a ser muchos más, y esa factura no la van a pagar solamente aquellos que tienen que reducir su consumo de alimentos. Esa factura la vamos a pagar todos los peruanos en la próxima década, en los próximos 20 años. Eso deberíamos tenerlo muy claro para actuar hoy día. Estamos tarde ya y tenemos mucho que hacer.
Abordando el tema fiscal, teniendo en cuenta que el Gobierno está optando por una política fiscal más expansiva por el lado fiscal. ¿Qué tanto puede durar ese impulso y qué tan efectivo puede ser?
En una coyuntura con urgencias como la alimentaria, sin duda hay que exigirle al fisco que gaste más en resolver el problema, pero [también] en ser efectivos resolviendo el problema, no solamente en hacer algunas cosas para intentar resolver el problema. Necesitamos un mejor gasto y probablemente un mayor gasto sabiendo que la crisis va a durar un poco más de lo esperado, pero para ello tenemos que reconocer que necesitamos responsabilidad fiscal. Entonces, no solo se trata de exigir un mayor gasto, sino también exigir reformas que aseguren que se tengan los ingresos suficientes para solventar ese mayor gasto.
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La crisis alimentaria no va a esperar que hagamos una reforma, que mejoremos la recaudación, pero por lo menos podemos mejorar gastando mejor y para eso necesitamos una estrategia, un buen plan al cual asignarle recursos y medir los resultados.
¿Un plan donde el sector privado es un aliado estratégico?
Sin duda, el sector privado es parte fundamental y es un socio, pero el sector privado puede colaborar, contribuir con ese plan si este plan es concertado, bien coordinado. El sector privado solo no lo va a poder hacer. La magnitud de la crisis es demasiado grande y necesitamos que haya un liderazgo de parte del sector público.
¿Cuándo deberíamos estar tomando estas decisiones?
Ya estamos tarde. Hemos perdido demasiado tiempo. Lo que sabemos hoy día es que nadie va a esperar la ayuda ni del Estado ni del sector privado. La gente está actuando. Hoy día más de 3 millones de personas comen en un comedor popular, en una olla común. Esas personas que ya están tomando acción requieren que las ayudemos, que las acompañemos para hacerlo mejor, porque esto todavía va a durar.
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