Los últimos resultados de la producción nacional publicados por el , arrojaron que, en setiembre, la producción nacional se contrajo 1,29%, sumando así tres trimestres en negativo, una caída no vista, en esa magnitud, desde 1998, según Teodoro Crisólogo, economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE).

Crisólogo explicó que, si bien la caída más prolongada de crecimiento negativo se vio hace 33 años en 1990, se debe tener en cuenta que en ese año fue de mayor magnitud. Sobre ello, Isaac Foinquinos, economista senior de Macroconsult, señaló que una recesión se debe evaluar no solo por su duración, sino también por su profundidad y la salida de esta. Es en ese sentido que, hasta ahora, es una recesión leve en términos históricos, dijo.

MIRA | Conectividad digital: ¿cómo está la brecha en las regiones y qué falta para atender la demanda futura?

Factores

La debilidad de estos resultados está concentrada en los sectores vinculados a la inversión, con el sector Construcción cayendo alrededor de 10%, la manufactura primaria cayendo a tasas que superan el 13% y la no primaria, vinculada a la producción de insumos y bienes de capital, dijo Crisólogo.

“Esos dos factores en conjunto están acumulando una caída bastante significativa y es donde se concentra la debilidad de la economía peruana. Estos resultados explican buena parte de la caída de setiembre”, añadió.

A esto se le suma el menor dinamismo de sectores vinculados al consumo, agregó Crisólogo y es que, según los cálculos del IPE, en setiembre registraron un crecimiento casi nulo, uno de sus peores resultados desde inicios de año, cuando se dio el clima de alta conflictividad, algo que no estamos viviendo ahora.

TAMBIÉN LEE | Contreras sobre reforma previsional: “Nuestra propuesta es la única sostenible fiscalmente”

Por otro lado, hay sectores primarios que están influyendo de manera positiva. “Sin el rebote de la Minería y el creciente rebote de Hidrocarburos, el crecimiento del mes hubiera sido una caída de alrededor de 2,2%”, anotó.

Para Foinquinos, la caída responde a la debilidad de la demanda interna, en particular a la inversión privada que lleva más de un año cayendo en un entorno de crisis de confianza. “Vivimos el periodo más largo en que las expectativas empresariales se ubican en zona pesimista y no hay señales que eso cambie en el corto plazo”

Asimismo, explicó que la Construcción y la Manufactura no primaria están en recesión por un ajuste en la inversión en autoconstrucción, luego del fuerte aumento durante la pandemia. En tanto, el sector agropecuario se encuentra golpeado por las anomalías climáticas como las sequías y aumentos de las temperaturas.

Respecto a la minería, explicó que crece por la entrada del proyecto Quellaveco, pero a menores niveles que meses anteriores pues ese fenómeno empieza a diluirse en los últimos meses del año.

MIRA | Fitch ratifica el rating soberano BBB y mantiene el outlook negativo para el Perú

Perspectivas

El escenario de crecimiento del IPE era de un crecimiento de 0,6% para el último trimestre; sin embargo, los recientes resultados de octubre los hacen pensar que, probablemente, esa cifra sea menor.

“El crecimiento de la demanda de electricidad sin minería ha sido -0,6% en octubre, uno de sus primeros resultados negativos desde inicios del 2021. A la vez se tiene la caída fuerte de la inversión pública en alrededor de 8,3% y los resultados de las expectativas empresariales de octubre se deterioraron nuevamente y se están ubicando en niveles que anticipan una debilidad mayor en la demanda interna del cuarto trimestre”, explicó.

En cuanto al cierre del año, Crisólogo señaló que desde el IPE se prevé una caída acumulada de 0,3%, una de las más fuertes que han tenido los peruanos en los últimos 25 años, sin considerar la pandemia, lo que muestra la dificultad que ha tenido la economía para poder revertir los choques adversos que experimentó en la primera parte del año.

En tanto, desde Macroconsult, para octubre se espera un crecimiento cercano al 0% y el año cerraría con una caída en torno al 0,5%.

TAMBIÉN LEE | Comisión de Economía busca aprobar retiro de fondos de las AFP y reforma previsional en la actual legislatura

Empleo

Cualquier entorno recesivo termina perjudicando a las poblaciones más vulnerables y, en el mercado laboral, a los jóvenes y eso es lo que se está observando en los datos del INEI sobre el mercado laboral en Lima Metropolitana, que disminuyó en 5,1% en el trimestre movil agosto - setiembre - octubre respecto al similar periodo del 2022.

Así, los pocos que están accediendo a puestos de trabajo, lo están haciendo en condiciones bastante precarias, comentó Crisólogo.

“Los resultados muestran que todavía más del 50% de jóvenes entre 14 y 24 años se encuentra ocupado en trabajos que no les ofrecen ni si quiera el salario requerido para cubrir la canasta básica mínima (...) que son los que todavía preservan su empleo”, dijo.

En tanto, para Foinquinos, esta tendencia en los menores de 25 años se da, incluso, desde antes de la pandemia, lo que refleja dos fenómenos. El primero, un menor aumento de la población en edad de trabajar y, el segundo, un incremento de la población inactiva, que ahora representa casi el 60% de este grupo etáreo, anotó.

Esto último, explicó, se debe en parte a que ahora los jóvenes dedican más tiempo al estudio antes de comenzar a trabajar, pero también responde al incremento de “ninis”, jóvenes que no estudian ni trabajan ante las menores oportunidades laborales por el menor crecimiento económico en los últimos años y a una deficiente calidad educativa, así como el abandono de los estudios por problemas económicos o para cuidar a algún miembro del hogar.

Contenido Sugerido

Contenido GEC