/ Vinicios Barros
Elida Vega

Una lesión la alejó de la gimnasia y en la búsqueda de una disciplina que la ayude a retomar su práctica se topó con el pilates. Convencida de los beneficios que obtuvo en su salud, optó por abrir Balance Studio, apuesta que en un moderno local de 350 m2 en San Borja, reúne a los amantes del pilates y del yoga.

Han pasado casi cinco años desde ese entonces. Hoy, Mónica Giraldez, su fundadora y gerenta general está decidida a seguir creciendo y de la mano de Front Consulting afina los detalles para convertirse en franquicia porque –desde su óptica– “es la manera más adecuada de hacer crecer su negocio”.

Su primera franquicia se concretará antes de finalizar el 2019 y todo parece indicar que sería en La Molina. Pero, a partir del 2020, Balance Studio espera finiquitar la apertura de hasta tres locales por año, para llegar en el 2022 a un máximo de diez sedes franquiciadas.

“Quiero crecer de manera ordenada y cubrir todos los sectores de la ciudad. Me interesa un distrito como Surco y la franja que forman Miraflores, San Miguel, San Isidro y Magdalena”, afirma.

DOS MODELOS

Como parte de esta nueva etapa de crecimiento, Balance Studio ofrecerá dos modelos de franquicia: ‘free concept’ y ‘express’.

En el primer caso, los interesados deben contar con un local de 300 m2, con capacidad para cuatro salones, dos de pilates, uno de yoga y otro para la parte fitness. La inversión oscilaría entre US$50.000 y US$60.000.

Mientras que en el formato ‘express’, que requerirá un inversión promedio de US$30.000, el servicio se centrará en el pilates, y se complementará con un salón pequeño de fitness o de yoga.

En ambos casos, el canon de entrada (pago al franquiciador) oscilaría entre US$15.000 y US$20.000.

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