El Festival de Cine de Lima este año no podrá realizarse de la manera habitual a causa de la pandemia. Así como la Feria del Libro ha anunciado que dará el salto al online, todo indica que el Festival de Cine de Lima le seguirá los pasos. El desafío es muy grande, ya que este evento cinéfilo recibe a más de 100 mil asistentes. Marco Mühletaler, director del Centro Cultural de la PUCP, a cargo del Festival desde hace 23 ediciones, se muestra entusiasta pero es cauto porque por estos días están probando la tecnología. Asismismo, el ejecutivo analiza al streaming como alternativa para que las productoras nacionales no se queden sin estrenar este año.
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- ¿De qué forma se ha visto afectado el Centro Cultural PUCP con la paralización por la pandemia?
Se ha visto afectado desde varias perspectivas. El CCPUCP ofrece una oferta muy amplia de servicios culturales: cine, teatro, cursos y eventos. Tiene una serie de actividades y todas se han visto paralizadas desde el primer momento de la cuarentena. Incluso antes de que el Ejecutivo determine la cuarentena estricta, nosotros decidimos cancelar algunas funciones. Desde ese momento hasta esta parte, el centro cultural detuvo todas sus actividades presenciales, pero eso no significa que no sigamos trabajando, por ejemplo, en el cine y su difusión, específicamente del cine peruano, que es algo que el CCPUCP viene haciendo desde hace muchos años. En este momento es imposible atender a nuestro público y darle espacios a productores y distribuidores para exhibir sus películas en nuestras salas de cine, pero eso no significa que no podamos buscar otras maneras de acercar el cine a las personas.
- Hace unos días comentó que el CCPUCP manejaba la posibilidad de que el Festival de Cine de Lima se haga de manera online. ¿será así?
Sí, totalmente. De hecho tenemos muy buenas experiencias. En las últimas tres semanas realizamos la programación de 9 películas del cine peruano contemporáneo de manera online y ha tenido muy buena recepción por parte del público. Eso fue a través de nuestras redes sociales y de la plataforma Vimeo, de manera sencilla, rudimentaria. Pusimos la película disponible desde las 9 p.m. y le retiramos la disponibilidad al público cuando terminó la película. Tuvo muy buena acogida del público. A partir de esa experiencia estamos desarrollando dos planes en paralelo.
- ¿En qué consisten esos planes?
Uno de ellos tiene que ver con la sala de cine regular; es decir, con nuestra oferta permanente de cine todo el año a través de una sala digital, ya que queremos seguir ofreciendo este tipo de cine, que difícilmente se encuentra en carteleras comerciales. Llevamos toda esta semana trabajando con un equipo en la virtualización y una plataforma que nos permita atender tanto a la sala regular como al Festival de Cine. Todavía no estamos listos como para anunciarlo al 100%, no hasta tener todas las pruebas hechas y estar seguros de que podemos atender a todo el público del festival (que suele superar los 100 mil asistentes), que nos viene acompañando fielmente desde hace 23 años.
- ¿Esto podría darles la oportunidad de llegar a una mayor cantidad de público?
Te doy el caso concreto: nosotros como centro cultural tenemos una programación que trabajamos permanentemente. Tenemos una narrativa muy clara del tipo de cine, del tipo de teatro, de contenidos culturales que ofrecemos. Pero también es verdad que estamos en un espacio, estamos en Lima para empezar y en San Isidro. Una situación como esta nos abre oportunidades para llegar a otros públicos y darle mucho más alcance a algo que para nosotros es fundamental, que es el acceso a la cultura. Esto va a ser muy duro para nosotros en términos económicos (su presupuesto se compone por un aporte de la universidad e ingresos propios), vamos a tener que dejar de hacer ciertas cosas y aprender a hacer otras para seguir dando cultura. Esto se puede convertir en algo muy poderoso que no va a reemplazar lo anterior, seguramente lo complementará.
- Ahora que las salas de cine no podrán operar hasta fin de año, ¿las plataformas online y el streaming son una opción viable para las productoras peruanas en este contexto?
Si hay algo que ha sido manifiesto desde el inicio de la cuarentena es que hubo mucho contenido cultural y artístico en las redes. Me atrevo a decir que gran parte de ese contenido ha permitido que mucha gente pase esta cuarentena un poquito mejor. Creo que este confinamiento físico y psicológico puede tomar más tiempo, por tanto yo conjeturo que las industrias culturales tendrán que trabajar en buscar nuevas alternativas para seguir llegando al público. ¿La experiencia es la misma? No, sin duda. Pero también es verdad que se abren otras oportunidades a partir de estas plataformas.
- ¿En algún momento podría reemplazar a la presencia física o es imposible que reemplace la taquilla de los cines comerciales?
Aquí hay varias aristas a tener en cuenta. Desde el punto de vista de la experiencia es irreemplazable. Pienso que es pronto para decir, desde el punto de vista de modelo de negocio, que es imposible llegar a obtener los mismos resultados que en una sala comercial. No sería tan pesimista. Creo que va a ser difícil, los precios de las entradas tendrían que ser otros. Pero también creo que eso puede exigirnos para encontrar un modelo de negocio que sea sostenible y rentable.
Lo que entiendo que está pasando ahora y que es una oportunidad para los cineastas es que en este contexto es preferible que sus películas puedan encontrar ahora un espacio en este universo digital a esperar al próximo año para tener un espacio en salas. También creo que en este nuevo modelo de negocio habrá una mirada sobre el contenido nacional, a nuestras propias productoras antes que otros. No sería tan escéptico de imaginar un estreno a través de streaming que sea poderoso, interesante y que pueda generar ingresos a los cineastas y distribuidores. Creo que la vamos a conseguir de forma colectiva con ensayo-error.
- En Estados Unidos, por ejemplo, están planteando estrenos online, además de la distribución en varias plataformas de streaming.
Sí, Estados Unidos es un mercado más grande que el nuestro en oferta y demanda y, también, más dinámico. Nosotros hemos tenido en las últimos semanas a 7 mil u 8 mil personas mirando las películas que colocamos en Vimeo y que ya habían sido estrenadas en salas comerciales. Eso te da una idea de la oportunidad.
- ¿Hacerlo acá en el Perú entonces es una opción realista?
No es mala idea y en esa medida el IRTP y la Dirección del Audiovisual, la fonografía y los nuevos medios (DAFO) están trabajando en esa lógica para saber cómo cambiar las estructuras de los estímulos y virarlos hacia contenidos que puedan generar ingresos a los productores, ayudar a crear plataformas digitales y brindar apoyo a los productores y distribuidores para los estrenos por streaming. No todas las plataformas de streaming son comerciales, también está Retina Latina, que es una plataforma en la que el Estado peruano compra una cantidad de derechos y seguro que ahora están trabajando en estímulos. Además, la producción no debe parar, hay que tratar de atender las necesidades de las películas que ya están listas y que pueden ser perfectamente estrenadas vía streaming.
- ¿Cómo estas alternativas y este contexto transformarán nuestros hábitos de consumo de cine?
Creo que esto va a cambiar mucho nuestros hábitos de consumo en general, de entretenimiento, vamos a ver una serie de cambios. A mediano largo plazo, vamos a ir recuperando la confianza para reencontrarnos en espacios, juntos, pero esto tiene para rato. No solo me refiero a las restricciones impuestas por el Ejecutivo. Me refiero a las barreras psicológicas naturales que van a quedar en nosotros. Es el miedo al contagio, al contacto con el otro.
EN CIFRAS
En el Festival de Cine de Lima PUCP del 2019 se estrenaron más de 300 películas en alrededor de 60 sedes a nivel nacional, con la novedad de que Cineplanet Chiclayo como primera sede oficial fuera de la capital.
La gestión del Festival solicita el apoyo de diversas entidades, tienen un sistema de presentadores, auspicios y patrocinios mediante el cual se logra el monto necesario para su realización.