El Niño Costero pone en grandes apuros al sector eléctrico, sobre todo, ahora que el ENFEN (comisión multisectorial Encargada del Fenómeno del Niño) ha advertido que dicho evento climatológico se extenderá hasta enero del 2024.
Para los expertos en energía, queda claro que esto traerá como consecuencia el recrudecimiento de la seguía en la sierra centro-sur, donde se sitúan los reservorios que alimentan a las grandes centrales de generación hidráulica del país.
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Lo cual significará “una continuación de los problemas que el sector eléctrico está viviendo”, apunta César Butrón, presidente del Coes.
Y es que, en situaciones como esta, el llamado a salvar el día debería ser el gas natural. Sin embargo, la menor disponibilidad de este recurso para producir energía ha motivado que el Coes recurra a la generación a diésel, combustible extremadamente oneroso, cuyo uso intensivo viene disparando el precio spot o costo marginal de la electricidad.
CONTRA EL RELOJ
De acuerdo a estadísticas del Coes, el costo marginal anotó un promedio de 828,4 S/ MWh en la primera semana de agosto, cifra superior en 579,8% a la registrada en igual periodo del 2022.
Esto debido al impacto de “dos meteoritos a la vez: el Niño, que afecta los ciclos hidrológicos, y el mantenimiento preventivo de la planta de Camisea (que restringe el transporte de gas)”, señala Arturo Vásquez, exviceministro de Energía.
Se trata de un problema que impacta únicamente a los generadores eléctricos y a algunos clientes libres (industriales) pero que, a decir del Ministerio de Energía y Minas (Minem), podría repercutir negativamente en las tarifas de luz de los hogares peruanos si se vuelve estructural.
Esto es, si los costos marginales continúan incrementándose debido al estrés hídrico y la menor disponibilidad de gas, lo que podría “dar lugar a una señal de precios inadecuada para las futuras licitaciones de suministro eléctrico del mercado regulado (hogare)”, apunta el Minem.
En ese sentido, el Viceministerio de Electricidad lanzó semanas atrás una polémica propuesta (mecanismo) para morigerar el incremento de los costos marginales, la cual se ha convertido en la manzana de la discordia entre los generadores eléctricos y las empresas gasíferas.
Nos referimos al proyecto de decreto supremo que prioriza la asignación de la ‘capacidad de transporte interrumpible de gas natural’ para uso del sector eléctrico en casos de emergencia, como la aguda sequía que se avecinaría.
“Eso quiere decir que, de entre todos los actores del mercado, solo habrá uno que tendrá preferencia sobre los volúmenes interrumpibles, y ese uno será el generador eléctrico”, indica María Julia Aybar, gerente general de Perú LNG, uno de los afectados por la norma.
A entender de la empresa exportadora se trata de un acto ilegal porque “el Minem no puede dar prioridad a un solo actor perjudicando a todos los demás”. ¿Qué es el transporte interrumpible de gas?
TRANSPORTE INTERRUMPIBLE:
Por definición, el transporte interrumpible de gas es aquel cuyo servicio está sujeto a reducciones e interrupciones en función de la disponibilidad del ducto de Camisea.
Hablamos de los volúmenes de gas que “ninguna empresa ha querido reservar y que están disponibles para su uso”, explica Luis Espinoza, ex viceministro de Energía.
¿De cuánto gas estamos hablando? Los especialistas consultados para este informe estiman que los volúmenes de gas interrumpibles ascienden a 140 o 180 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd), esto es, el 10% a 15% de todo el volumen que se transporta diariamente por el ducto de Camisea (1.500 mmpcd aproximadamente).
Tal es el volumen de gas que el Minem está priorizando para su uso por parte del sector eléctrico, ¿pero en perjuicio de quiénes?
De acuerdo a la normativa vigente, solo cuentan con suministro interrumpible las grandes industrias o consumidores independientes de gas natural (como Peru LNG) y algunos generadores eléctricos, que así lo han solicitado, explica Luis Espinoza.
Por el contrario, los distribuidores de gas, las pequeñas industrias y la mayoría de generadores térmicos, disponen, todos ellos, de contratos de transporte en firme (que no están sujetos a cortes ni interrupciones).
Esto significa que todos estos usos quedarán al margen del decreto supremo del Minem, pues éste solo se enfoca “en utilizar el gas interrumpible de la exportación para dárselo a las centrales térmicas”, anota César Butrón.
Esta pretensión ha despertado, sin embargo, la desconfianza de gran parte del sector gasífero, por una espinosa razón.
Y es que, según relatan, lo que busca la norma del Minem es privilegiar a dos o tres empresas eléctricas que tienen contratos interrumpibles y que se encuentran “en emergencia debido a su mala gestión comercial”.
IMPACTO EN LA CADENA
“En suma, lo que el Minem está haciendo es minimizar las pérdidas de dos o tres empresas que jugaron contra el sistema al no querer contratar en firme. ¿Y ahora el Estado tiene que sacarles las castañas del fuego so pretexto de que así evitará el aumento de las tarifas eléctricas?”, se pregunta Anthony Laub, socio fundador de Laub & Quijandría.
A su entender, esto ocasionará un grave perjuicio a la exportación de gas natural (Peru LNG), que hoy genera recursos ingentes para el Estado en impuestos y regalías. Y también a la masificación de dicho energético en el norte, sur y centro (Cusco) del país.
Esto, debido a que todas estas concesiones se alimentan del gas natural licuefectado (GNL) que Peru LNG procesa en su planta de Pampa Melchorita.
Así, Quavii, empresa que distribuye el GNL de Melchorita en cinco regiones del norte peruano, advierte que la propuesta del Minem pondrpa en riesgo la continuidad de este servicio, perjudicando a 1 millón de peruanos.
“Con este tipo de normas, que el Ejecutivo prepara sin un análisis de impacto regulatorio, se disuadirá a inversionistas como el petroquímico, porque no sabrá en qué momento le van a quitar el suministro de gas”, apunta Arturo Vásquez.
Peor aún, no uno sino varios especialistas en la materia, han calculado y llegado a la conclusión de que el mecanismo ideado por el Minem no evitará que los costos marginales de la energía sigan subiendo.
LGQ, por ejemplo, hizo el ejercicio de asignar todo el gas natural disponible en Camisea a todas las centrales eléctricas del país y, aun así, “sigue haciendo falta diésel para generar energía, con lo cual los marginales no van a bajar”, revela Laub.
¿Por qué entonces el Minem busca priorizar el uso del gas para generación térmica?
De acuerdo a Espinoza, se trata de evitar un perjuicio para el sector eléctrico y muchos clientes libres, pues “si el generador eléctrico se ve en crisis puede romper sus contratos”.
“El tema de fondo es que no haya un colapso en los contratos porque el Estado dejó de destinar el gas interrumpible para la generación eléctrica y el mercado interno; no es un asunto de costos marginales”, apunta.
La moraleja, al final, es que todos los consumidores de energía debemos abocarnos a moderar nuestro consumo para evitar mayor estrés en el sistema ahora que El Niño se avecina.