“Esta visita al Perú es mi último viaje de negocios por los próximos dos meses”, exclama Astrid Álvarez, presidenta del Grupo Energía Bogotá (GEB). La funcionaria arribó a Lima la semana pasada, desafiando el pánico global por el coronavirus, para cumplir una sola misión: presentar, una vez más, al Gobierno, su propuesta para llevar el gas de Camisea al sur del país por una ruta alterna al gasoducto sur peruano: la franja costera de Ica y Arequipa. Día1 conversó con ella en exclusiva.
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La última vez que conversamos, Energía de Bogotá estaba en proceso de adquirir Electrodunas. Entendemos que esa inversión se está consolidando. ¿Qué otros planes tienen en el Perú?
Como bien mencionas, la palabra es ‘consolidar’. Ahora estamos consolidando nuestros tres negocios en el Perú: Cálidda, Contugas y Electrodunas. Queremos armar una plataforma de distribución de gas, transporte de gas y distribución eléctrica, con todos sus servicios. Es decir, con las oportunidades que ofrecen estos negocios para hacer obras con conciencia social.
La conciencia social será muy importante en Siete Regiones, que sería un proyecto poco rentable. ¿Siguen interesados en ganar la buena pro?
Sí, claro. Seguimos interesados y conversando con Pro Inversión. Lo que queremos es que el proceso licitatorio salga rápidamente. Ya hemos dado nuestras opiniones y estamos en busca de la mejor solución tecnológica y operativa para llevar el gas natural a los hogares del centro-sur, a un costo no muy alto.
Siete Regiones debería licitarse este mes. ¿Saben por qué se sigue demorando?
El último documento oficial que publicó el Gobierno data de mayo del 2019. Desde entonces, las tres empresas calificadas hemos estado en conversaciones y haciendo comentarios a los documentos. Teníamos entendido que el último debía salir el 13 de marzo. Esperemos que no se retrase por el coronavirus.
El coronavirus puede retrasar este y otros proyectos.
Ese es el otro tema. Tenemos que seguir con los planes de inversión. Tenemos que seguir conectando y trabajando. Debemos tomar las medidas de seguridad para proteger la salud, pero tenemos que seguir conectándonos con energía.
¿Han estimado el impacto del coronavirus en GEB?
Nosotros hemos decidido que el coronavirus no nos va a quitar la energía. Eso significa que vamos a aprender más comportamientos que mejorarán nuestra cultura. El primer atributo cultural de GEB es el cuidado de la vida, pero ahora vamos a extraasegurar esas medidas. Por ejemplo, nuestra asamblea general programa para el próximo 30 de marzo se hará via streaming. Del mismo modo, hemos acordado que no vamos a viajar por los próximos dos meses y que nos comunicaremos por videoconferencias.
Volviendo a Siete Regiones, si su rentabilidad no es alta, ¿por qué están interesados?
Obviamente, los inversionistas buscamos rentabilidad financiera para nuestros accionistas. Pero hay proyectos donde las rentabilidades son más bajas, y allí es donde el aspecto social cobra importancia. En este proyecto la rentabilidad social va a pesar más.
Entendemos que Pro Inversión ha asignado solamente 2 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas para el proyecto. ¿No es muy poco?
Creemos que será más. Nuestro caso base señala que podría llegar hasta 8 mmpcd en diez años, si ganamos la buena pro y comenzamos a trabajar en las redes el próximo año. El proyecto solo tiene dos regiones con demanda apreciable, que son Junín y el Cusco.
¿Con todo eso piensan llegar hasta el final?
Sí. Ya hemos hecho nuestras propuestas. Nosotros vamos a quedarnos en el Perú para siempre. Queremos ganar el proyecto Siete Regiones y el gasoducto del sur. Son los dos proyectos que estamos empecinados en desarrollar. Lo hemos hecho eficientemente en Lima e Ica, así que creemos que tenemos una gran oportunidad.
¿Esa eficiencia se debe a que en ambas regiones hay gasoductos?
Se debe a que GEB ha invertido en sus compañías y puesto un ritmo diferente. Hemos aumentado el ritmo de inversiones para conectar hogares más rápido. Otra cosa importante es que hemos puesto en manos del Gobierno una alternativa más rápida y económica para llevar el gas al sur del Perú.
Se refiere a la extensión del ducto de Contugas hacia Ilo y Mollendo.
Construir esa infraestructura por la zona del desierto es mucho más fácil [que continuar con el gasoducto sur peruano]. En términos de rapidez, podríamos construir el gasoducto del sur en solo un par de años. Eso sería mucho mejor para el Perú.
Ustedes presentaron la propuesta a Pro Inversión en el 2019...
Siempre hemos defendido esa solución. Lo que pasa es que estamos aguardando que salga el proceso en Pro Inversión, porque esperamos que haya una licitación pública competitiva.
Teníamos entendido que el Gobierno ya había decidido continuar con el gasoducto original.
Lo nuestro es una alternativa. Pero sabemos que el Gobierno no ha escogido una solución definitiva.
¿Entonces van a insistir con esa propuesta?
Sí, claro. Ahora (12 de marzo) tenemos una cita con Pro Inversión, pero lo que estamos esperando es que salga el proceso. Estamos insistiendo en que la mejor ruta para el gasoducto del sur es por el desierto. El Perú necesita rápidamente la construcción de este proyecto.
¿Esperan una licitación pública?
Eso hay que preguntárselo a Pro Inversión. No sabemos cómo será la figura, pero esperamos que sea un proceso competitivo donde podamos ofrecer la mejor oferta. Creemos que será así. Lo que queremos es expresar que GEB tiene la capacidad de invertir y construir ese gasoducto, de manera rápida, eficiente y transparente.
¿Cuántos gasoductos opera GEB en Colombia?
En Colombia manejamos la transportadora de gas más grande, TGI, la cual transporta más del 64% del gas natural producido por los campos gasíferos colombianos. Su longitud es de 4.050 kilómetros, cuatro veces la infraestructura de ductos del Perú (890 kilómetros).
¿Qué tiempo tienen transportando gas?
Tenemos experiencia transportando gas natural en Colombia desde hace más de 30 años, pero también es importante decir que mientras más ocupado (lleno) esté el gasoducto más bajará la tarifa para todos los usuarios.
¿El gasoducto hará que la tarifa de gas natural baje en el sur?
Claro. Porque ya no iría en camiones desde Pampa Melchorita, sino que llegaría por una infraestructura más económica, que impulsaría, además, la masificación en Arequipa.
¿Habla de un gasoducto hacia Arequipa?
Sí, porque llegando cerca de Matarani solo estamos a 40 kilómetros de Arequipa y podríamos conectarla a través de un ducto.
Entonces, los dos grandes proyectos de GEB en el Perú son Siete Regiones y el gasoducto del sur. ¿Hay otros?
Esos son los proyectos grandes. El resto es conectar 200 mil hogares en Lima y Callao este año. Es nuestro gran reto.
Entendemos que la masificación del gas en Lima ha despegado tras un inicio lento.
En estos últimos cuatro años se ha intensificado todo. En el 2016 conectamos 90 mil domicilios y en el 2020 vamos por 200 mil. ¿Eso qué significa? Que tenemos muchas ganas de conectar rápidamente a los hogares y, lo más importante, que el 95% de la población que tenemos conectada es vulnerable, de bajos recursos económicos.
¿200 mil conexiones al año es mucho? ¿Lo es para Colombia?
Es equiparable a lo que se hizo en su momento, porque Colombia tiene hoy una penetración de gas natural de casi el 94%. Lo importante en Lima es que vamos a llegar a 2 millones de hogares conectados al 2026 y nuestra concesión termina en el 2033. Eso significa que nos adelantamos siete años en conectar el 100% de la ciudad.
Todo Lima para el 2026 es un plan muy ambicioso.
Lo que estamos haciendo es ir de una manera rápida, con una mayor inversión de GEB y de Promigas (que son los dueños de Cálidda), pero, sobre todo, con consciencia social. Porque nuestro atributo es hacer infraestructura energética para llevar progreso a las comunidades.
¿Cuánto invierte Cálidda en el Perú?
En Cálidda estamos invirtiendo US$150 millones al año. Con Electrodunas tenemos un plan de inversión de US$90 millones en los próximos cuatro años. Y en Contugas tenemos un promedio de US$30 millones por año. GEB viene trabajando a través de sus compañías para que se siga quedando en el Perú para toda la vida.