Ahora son muchos los empresarios que están pensando vender sus empresas. Por diferentes razones: no tienen hijos que se quieran hacer cargo, ya hicieron suficiente dinero y no quieren correr los riesgos de otra crisis, saben que hay mucho dinero en el sistema y quieren aprovechar la oportunidad y también están aquellos a quienes uno o más inversionistas les han tocado las puertas para presentarles una oferta por su negocio.
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Cualquiera sea la razón, lo cierto es que el mercado de compraventa de empresas está pasando por una etapa de efervescencia como no se veía hace tiempo. Hay muchos empresarios con exceso de liquidez o capacidad de endeudamiento que han salido de compras y hay también muchos empresarios que están dispuestos a vender sus empresas. Y esto es especialmente cierto para empresas familiares medianas y grandes. Todos quieren aprovechar la oportunidad: compradores y vendedores.
Es tanto el movimiento de compras y ventas que hay empresarios que están iniciando procesos de venta de sus empresas solo para “ver cuánto me ofrecen”. Se trata de empresarios que en realidad no han tomado una decisión firme y seria de vender. Solo les interesa auscultar el mercado para ver si alguien les ofrece el monto que tienen en mente.
En otros casos -más graves aún- se trata de empresarios que quieren satisfacer su ego conociendo cuánto está el mercado dispuesto a pagar por el resultado de tantos años de trabajo pero sin ninguna intención de vender.
Esto es peligrosísimo. Emprender un proceso de venta sin estar seguro y convencido de que se va a vender la empresa suele acabar en operaciones que nunca se llegan a cerrar y en información sensible del negocio que correrá el riesgo de caer en manos de la competencia, clientes o proveedores. Más aún, es muy probable que se filtre en el mercado el hecho de que la empresa está en venta y no faltarán quienes tengan interés en usar ese dato para hacer daño.
Un empresario debe iniciar el proceso de venta de su empresa sí y solo sí ha tomado la decisión consciente y meditada de vender al mejor postor en el mercado. Una de las claves para que la venta llegue a buen puerto y sea beneficiosa para todas las partes es identificar al potencial comprador con el mayor interés en adquirir la empresa. Aquel que va a poder sacar el máximo provecho del negocio que va a comprar y que, por lo tanto, estará dispuesto a pagar más dinero por éste.
No salga a tantear el mercado. Los costos de satisfacer esa curiosidad son demasiado altos. Si sale a vender, venda. Y esta coyuntura es una oportunidad de lujo para conseguir compradores para su empresa.
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