La pandemia del COVID-19 tuvo al sector de motocicletas contra las cuerdas en las primeras semanas de la cuarentena nacional (de 110 días), al extremo de que hubo meses en los que no se vendió ningún producto.
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La pandemia del COVID-19 tuvo al sector de motocicletas contra las cuerdas en las primeras semanas de la cuarentena nacional (de 110 días), al extremo de que hubo meses en los que no se vendió ningún producto.
“El impacto fue fortísimo. Tuvimos ventas de cero unidades, textualmente. En abril fue así, y en mayo no llegamos ni a diez”, comenta Javier Callegari, gerente general de Yamaha en Perú.
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El panorama, sin embargo, fue aclarándose a partir de junio, cuando Yamaha vendió 200 unidades, saltando luego a mil en julio, y a más de mil en setiembre y octubre, meses en los que anotó crecimientos de 48% y 61%, respectivamente (en relación al 2019).
Ahora, Yamaha visualiza que el mercado de motocicletas crecerá 30% en el 2021.
Los factores detrás de este dinamismo son claros: Uno es la necesidad que tiene la población de mantener el distanciamiento social para prevenir el COVID-19.
“La gente ha optado por evitar el transporte público y usar un producto que permita un traslado seguro y cómodo. Eso ha favorecido a los vehículos particulares de cuatro y dos ruedas”, explica Callegari.
Otro es el módico precio de las motocicletas, que las hacen más asequibles que un auto y facilitan la creación de nuevos puestos de trabajo en rubros como la mensajería y el delivery.
“Eso ha contribuido a que el sector se reactive. Sin embargo, nosotros vamos a crecer un poco menos, porque el factor precio va a favorecer a marcas más baratas al público”, añade Callegari.
Yamaha, en efecto, no es una motocicleta demasiado económica. Su fuerte, anota Callegari, es la calidad del producto y el servicio.
Eso le permite posicionarse con un 5% de participación de mercado, y destacar en el Top 10 de motos más vendidas, en un sector donde compiten cerca de 300 marcas.
Yamaha tiene su principal baluarte en Lima Metropolitana y, particularmente, en el Cono Norte, un mercado con acentuado dinamismo.
Igualmente importantes para la firma nipona son los mercados de la selva (Tarapoto, Iquitos, Pucallpa y Puerto Maldonado) y el norte del país (Piura, Chiclayo, Jaén y Trujillo), donde tiene planes para expandir su red de concesionarios.
“Necesitamos distribuidores exclusivos de la marca Yamaha que den al público la experiencia Yamaha”, apunta Callegari.
De hecho, la firma japonesa proyecta convertir el 90% de su red comercial en concesionarios exclusivos 3S (ventas, servicios y repuestos) en los próximos años.
“Existen nuevos jugadores (dealers estarán incorporándose a la red Yamaha a partir del 2021”, apunta Callegari.
Actualmente, Yamaha posee 54 puntos de venta, la mitad exclusivos. La marca planea, al menos, cuatro lanzamientos de productos en los principales segmentos o categorías para el 2021.
Yamaha fue fundada el 12 de octubre de 1887, como una fábrica de pianos y armonios. Durante la guerra, su experiencia manipulando madera, los lleva a fabricar hélices de aviones. Posguerra, la compañía decide darle un giro al negocio, fabricando su primera motocicleta y con ella lo que hoy conocemos como Yamaha Motor Company.
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