El impacto del Niño Costero en la economía peruana ha sido mayor al proyectado, hecho que motivó al Scotiabank a recortar su previsión de crecimiento en medio punto porcentual. Pablo Nano, subgerente de estudios económicos, hace un repaso de las consecuencias de dicho impacto y si estos llegan hasta el 2024.
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—Scotiabank reduce de 1,9% a 1,4% su proyección de crecimiento para la economía peruana en el 2023. Las previsiones del mercado están más cercanas a 2%. ¿Qué los lleva a tal revisión?
El impacto de El Niño Costero viene siendo mayor al esperado. A inicios de año, cuando nosotros publicamos nuestras proyecciones, contemplábamos un fenómeno de El Niño de leve a moderado que iba a tener un impacto más hacia la segunda mitad del año. Sin embargo, el fenómeno de El Niño Costero ha tenido una incidencia mayor a la esperada. En particular en dos sectores: Pesca y Agricultura. En Pesca ha sido importante porque si bien pesca es un sector que tiene una baja ponderación en el PBI, esperamos una caída del 15% porque no se abriría la primera temporada de pesca de anchoveta. Si lo ponemos en términos numéricos de crecimiento de PBI, ello nos cuesta más o menos 2 décimas en el PBI anual. Por otro lado, el agro venía afectado desde el año pasado por el tema de fertilizantes. A ese factor, se le sumaron factores climáticos. Comenzamos el año con una sequía en el sur del país y las lluvias en el norte en marzo. Ambos factores han contribuido a una merma de la producción agrícola y una caída de 20% en la producción de abril.
—En el más corto plazo, ¿cómo cerraría el segundo trimestre del 2023?
El crecimiento del primer trimestre no nos sorprendió mucho: cayó 0,4%. El dato de abril nos mostraba una economía más débil de lo esperado. Indicadores adelantados de mayo y junio ya nos hacen ver que el crecimiento no será diferente al de abril. Con ello, estamos estamos esperando un crecimiento cercano al 1% del PBI en el segundo trimestre. Con lo cual estaríamos ante un primer semestre con un crecimiento ligeramente positivo. Prácticamente cercanos a al cero. Esto es lo que nos hace en revisar la tasa de crecimiento para el año.
"Para la segunda mitad del año, estamos esperando un crecimiento de alrededor de 2,5%. Este nivel de crecimiento era similar al que ha tenido la actividad económica hasta antes del inicio de las protestas sociales en diciembre"
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—¿Hay algo de impacto de El Niño en la segunda mitad del 2023 o a inicios del 2024?
Los efectos de El Niño Costero ya se dieron en el primer semestre, pero los impactos en la Pesca recién se están dando. En agro, la campaña grande va entre abril y junio, así que se está sintiendo y es parte de la desaceleración de la economía. El Niño Costero ya no debería tener impacto, pero se vienen los impactos de El Niño global. Según los últimos indicadores del ENFEN, debería estar arribando en nuestro país en diciembre. Eso podría generar alguna complicación en el 2024.
—¿Ya incorporaron ello en la previsión del 2024? Me pregunto porque la previsión para el 2024 la han elevado levemente de 2,3% a 2,4%
Lo que pasa es que hay un efecto estadístico. Al bajar al bajar el crecimiento del 2023 deberíamos haber aumentado el del 2024. Probablemente, si no hubiera la probabilidad de un Niño global, hubiéramos salido con un estimado de 2,6%. Pero hemos preferido ser cautos. Sí esperamos impactos en el 2024. Por ejemplo, en Pesca, no estamos previendo un año normal de pesca. Vemos un año mejor que en el 2023. Algo similar con el agro: una recuperación, pero no mejor a lo visto previo al 2023. Nuestro modelo asume un Niño de intensidad moderada.
—¿Observan algún impulso o corrección en la tendencia que existe sobre el consumo privado?
La demanda interna general ha sido afectada, sobre todo la inversión. Pero también el consumo, que sí vemos un menor ritmo por varios factores. El primero es la caída de la inversión privada. Eso definitivamente va a generar un menor ritmo de creación de empleo en los siguientes meses. También hay otros factores. Si bien es cierto que los ingresos nominales de los trabajadores viene creciendo, todavía los altos niveles de inflación hacen que en términos reales se mantengan prácticamente bajos.
—¿Ve posibilidad a recuperar el crecimiento de la inversión este año?
Nuestro estimado es de una caída de 4,9%. Esto básicamente tiene dos componentes. La caída de la inversión minera sería de 18,5%, pero es la historia de algo que ya lo veíamos venir desde mediados del año pasado. Lo que sí hemos ajustado hacia la baja es la inversión privada no minera, en parte por los resultados del primer trimestre. Hay un impacto mayor del esperado, a pesar de que en los últimos meses se ha visto una gradual recuperación de las expectativas empresariales.
—Sin la Pesca y el Agro, ¿en qué sectores productivos se está sosteniendo el crecimiento económico?
El gran motor de crecimiento en los últimos meses en Perú es la minería. De hecho, si excluimos la minería desde diciembre en el cálculo, el PBI hubiera sido negativo. En el último mes, la minería aportó 1,8 puntos porcentuales al crecimiento. Si la minería no hubiera crecido, el PBI en lugar de crecer 0,3% hubiera caído 1 punto. Otro de los sectores que está teniendo un comportamiento por encima del promedio son algunos segmentos en Servicios: Transportes, Restaurantes y Hoteles siguen creciendo, en parte también por un rebote.
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—Hablando de inflación, ¿el escenario en el agro tendrá un correlato en el alza de precios de alimentos?
En el agro para mercado interno sí hay un impacto, principalmente en productos que provienen de la sierra producto de la sequía. Esas caídas en producción ya se dieron en los meses de abril y mayo. Es decir, ya está incorporada. Lo que estamos esperando para junio, por ejemplo, es que la inflación retroceda. La inflación estuvo en 7,9% anualizada mayo y esperamos que caiga por debajo de 7% en junio por una significativa corrección en el precio del pollo. Nuestra proyección para fin de año es que cierre con una inflación de 5%.
Pablo Nano, subgerente de estudios económicos del Scotiabank advierte que -apelando a fundamentos- el menor precio del cobre debería tener un impacto negativo en el flujo de exportaciones. En consecuencia, debería tener una incidencia al alza en el dólar. Por otro lado, existe una debilidad atípica del dólar frente a otras monedas en el mundo.
"Las dos fuerzas, en direcciones opuestas, alcanzarán equilibrios. Los fundamentos apuntan a que el tipo de cambio debería estar un poco más elevado a lo que está actualmente. Nosotros tenemos una previsión que el tipo de cambio cierra el año en S/ 3,80. Probablemente, en los próximos días, tenga un sesgo a la baja. Aún no definimos el número", acotó.
Scotiabank Perú ganó el primer lugar en los ‘Analyst Forecast Awards’ en la categoría de PBI.
—Con este panorama. ¿la recuperación del empleo o ingresos sería mejor que en el 2022?
En términos nominales, si hay una mejora hay un crecimiento en ingresos. El tema es que con una inflación de 7% como la que estamos teniendo hasta mayo se está licuando. Vemos que más bien los sueldos están más estables en términos reales. En cuanto al empleo, sí hemos visto una recuperación del empleo formal, sobre todo en la segunda parte del 2022 y lo primeros meses de 2023. Sin embargo, creemos que esa mejora en el empleo va a desacelerarse en la segunda mitad del año, producto de la caída de la inversión privada.
—¿La proyección de Scotiabank en el 2023 asume que se terminará el año sin más episodios de conflictividad política?
Nuestro modelo asume como un supuesto que tanto el Ejecutivo como el Congreso se mantienen hasta el 2026. También hemos observado que el menor ruido político está beneficiando el clima empresarial. Con ello, creemos que lo más probable es que la recuperación de inversión privada se pueda empezar a notar hacia el cuarto trimestre de este año.
—Ante el menor crecimiento, ¿hay espacio para medidas de impulso fiscal?
Definitivamente, el menor crecimiento del PBI y, por lo tanto, también los ingresos tributarios van a hacer que el déficit fiscal sea un poco mayor al que teníamos proyectado inicialmente. Teníamos proyectado inicialmente para este año un déficit fiscal de 2% del PBI, pero estamos elevándolo a 2,4%. Si bien es superior al del año pasado -que fue 1,7%- sigue estando entre los más bajos de América. Sí habrá mayor déficit fiscal, pero consideramos que todavía hay espacio fiscal puesto que el problema en el Perú no es tanto de asignación de recursos, sino de ejecución.
—Con ese mayor déficit, ¿ve espacio para aplicar reformas como la del Sistema Previsional Peruano?
No hemos evaluado la propuesta del Ministerio de Economía. Le hemos dado una revisión y lo que vemos es que el concepto nos parece claro. Pero el costo fiscal que puede traer en el tiempo creo que es algo que tendríamos que analizarlo con detalle. Si creemos que podría ser beneficioso, porque una de las críticas al sistema de pensiones justamente ha sido los bajos niveles de pensiones de jubilación.