La reconfiguración del sector construcción ha abierto el paso a nuevos jugadores como la española Posada, empresa que se inició hace siete décadas transportando remolachas en un solo camión en la lejana Asturias, pero que hoy maneja 148 equipos de maquinaria pesada sólo en nuestro país.
“Tenemos más oportunidades de crecer en el Perú porque en España la infraestructura está bastante desarrollada y sólo necesita ser mantenida, el cual es un negocio que nosotros no hacemos. Nosotros creamos infraestructura”, señala Juan González, CEO de la compañía asturiana en el Perú.
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Hoy, Posada está presente en los principales proyectos de infraestructura locales.
Es el caso del mega-puerto de Chancay, la Línea 2 del Metro de Lima y la expansión del aeropuerto Jorge Chávez, donde acaba de iniciar “el movimiento de tierras para la planta de reabastecimiento de combustibles”, señala su director gerente, Juan González.
De hecho, Posada fue una de las primeras empresas que se sumó a la ampliación del aeropuerto limeño, trabajando en la remediación ambiental y el saneamiento de los terrenos.
Fue entonces, señala González, cuando visualizaron una oportunidad de negocio, proporcionando el material que se necesitaría (rocas y agregados) para rellenar los cimientos de la infraestructura.
“Empezamos, así, a buscar qué tipo de canteras había en la zona, encontramos una atractiva, llegamos a un acuerdo con sus dueños y comenzamos a explotarla”, explica el ejecutivo.
Ahora, Posada maneja dos canteras en Lima de donde extraen rocas y agregados (mezcla de diferentes materiales) para la Fase 3 de la ampliación del Jorge Chávez y para la expansión del muelle de DP World, el otro gran proyecto en el que participa.
“Con este negocio cerramos el círrulo: excavamos material y colocamos otro nuevo de mejor calidad”, refiere González.
En esa línea, Posada también participa en el levantamiento de las defensas ribereñas de los ríos Casma y Huarmey, tras ganar un contrato con la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios.
Se trata de un proyecto que podría ser replicado en otras regiones del litoral peruano, pues “hace falta encausar todos los ríos que hay entre Chincha y Tumbes, por lo que apuntamos a contratar más trabajos”, precisa el ejecutivo español.
La empresa asturiana aterrizó en nuestro país en 2010 para operar una cantera en Trujillo y brindar servicios para la minería. Su primer contrato fue para la mina ayacuchana Catalina Huanca, tras lo cual participó en el desarrollo de la mina La Arena y el fenecido proyecto Conga, de Minera Yanacocha.
Este año culminó varios proyectos para las compañías mineras Quenuales y Volcan.