Por tercera vez en la historia de los premios Nobel, una mujer alcanzó el galardón en Economía. Se trata de Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard, a quien se le concedió el premio por haber avanzado en la comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral.
Y es que Goldin restreó y analizó 200 años de archivos y datos de Estados Unidos y, a entender de Claudia Sicoli, directora de las carreras de Economía y Negocios Internacionales, Economía y Finanzas y Economía Gerencial de la UPC, lo que llama más la atención y resulta importante en los estudios realizados por Goldin, es que ha identificado algunos patrones en la historia que permiten dar cuenta de cómo ha evolucionado el empleo femenino.
“Cuando una mujer decidía casarse en el siglo XIX, dejaba de aparecer como empleada y se empezaba a considerar que ya no formaba parte del mercado laboral. Emprezaron a subestimar las estadísticas de su participación”, dijo Sicoli.
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En tanto, Rosa María Fuchs, profesora principal de Administración de la Universidad del Pacífico, consideró el estudio de Goldin no solo interesante, sino con conclusiones cercanas pues, al analizar los dos siglos, se ha podido visibilizar cómo históricamente han cambiado ciertos comportamientos de la sociedad. Pero, aún existe una brecha para las mujeres en el mercado laboral.
Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IPE), calificó el trabajo de Goldin como pionero e inspiracional, pues no solo tiene una mirada de largo plazo sobre los cambios en las brechas de género en los mercados laborales, sino una discusión profunda de cómo el cierre de brecha y la reducción de desigualdades entre hombres y mujeres no depende solo de que las mujeres accedan a mayor educación o estén más empoderadas.
“Hay muchos más factores en el entorno y la estructura de las sociedades asociados a las normas y patrones culturales de cada lugar que afectan las posibilidades reales de las mujeres para insertarse, en igualdad de condiciones que los hombres, a mercados laborales”, explicó.
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Maternidad y acceso a la educación
Los estudios de Goldin analizaron cómo han afectado los cambios en la educación o la introducción de métodos anticonceptivos para determinar el acceso de las mujeres a una formación superior.
Hugo Ñopo, economista senior de pobreza para America Latina y el Caribe del Banco Mundial, afirmó que más mujeres que hombres se gradúan de las universidades, pero esto no se está reflejando en los mercados de trabajo.
“Claudia Goldin ha trabajado mucho en entender las causas y uno de sus trabajos más recientes y avanzados comienza a decirnos que no basta con una mayor educación, hay que trabajar en otro tipo de habilidades, pero también en lo que sucede al interior de los hogares”, dijo.
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Y es que el reparto equitativo de las tareas dentro del hogar resulta una parte importante y determinante de la brecha, resaltaron los especialistas consultados. Y, según Ñopo, Goldin va más allá y dice que esto sucede en un momento particular de la vida de las personas: la maternidad.
Con ello, dice el especialista, empezaron los estudios que tratan de medir el costo de la paternidad, es decir, cuánto le cuesta a las personas, en términos de salarios, el que llegue un bebé a su hogar. Así, resulta que el costo de la paternidad es casi nulo y el de la maternidad es cerca del -10% de los salarios.
Sobre esto último, Fuch consideró que, efectivamente, la maternidad marca un punto de quiebre que puede ser más complicado para las mujeres, pues empiezan a cambiar sus jornadas laborales exponiéndose a tener menos ingresos. Además, algunas dejan de trabajar por años por cuidar a sus hijos, lo que juega en contra en su currículo.
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Por su parte, Miguel Jaramillo, investigador principal de Grade, dijo que si bien se ha avanzado por el lado de la educación, pues se gradúan de las universidades más mujeres que hombres, el tema es que ambos lo hacen en carreras muy distintas.
“Hay mucho menos mujeres en ciencias que hombres y mucho más mujeres en humanidades y pedagodía. Ya hemos logrado que más mujeres pasen por la universidad, pero todavía está el tema de cómo se escogen las carreras”, agregó.
Mercado laboral peruano
Según Trivelli, América Latina enfrenta dos restricciones para el mercado laboral y las mujeres: la brecha salarial que, como muestran los estudios de Goldin, también está presente en la región y no se está reduciendo rápido como se hubiera esperado. Esto tiene que ver con discriminación y normas sociales y culturales de cada país.
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El segundo gran tema, dijo, es que el Perú es uno de los países con una alta tasa de participación femenina en el mercado laboral con más del 60% de mujeres en edad de trabajar que laboran. Sin embargo, explicó que la mayor parte lo hace en actividades informales.
Por su parte, Sicoli explicó que en sus estudios, Goldin habla de una prima negativa por el hecho de ser madre. Y, agregó, el hecho de que los trabajos sean menos flexibles y que la madre se encargue, generalmente, del cuidado de los hijos, hace que se genere la división en el pago entre hombres y mujeres.
Sobre ello, Fuch afirmó que según un estudio de Centrum, la mujer peruana dedica el 38% de su tiempo a realizar actividades productivas no remuneradas y los hombres solo un 24%. “Eso hace que no puedan dedicar más tiempo a estudiar, luego se ve la brecha salarial y la mujer gana, en promedio, 27% menos que el hombre y el círculo vicioso inicia”, anotó.