"Cuando te llegue esa información extraña a tu celular, no seas “enemigo”, no la reenvíes. Se el soldado que necesitamos", señala Molina
"Cuando te llegue esa información extraña a tu celular, no seas “enemigo”, no la reenvíes. Se el soldado que necesitamos", señala Molina
Oswaldo Molina

Hace unas semanas, el Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Ghebreyesus, resaltaba que no solo estábamos luchando contra una pandemia, sino que luchábamos a la par contra lo que él definió como una infodemia, una pandemia de desinformación.

Esta segunda pandemia puede ser tan peligrosa como la primera, porque justamente para contener la epidemia necesitamos que los ciudadanos tengan ideas o creencias correctas que guíen su comportamiento. Peor aún, la información incorrecta no solo afecta a las personas que la consumen, sino que, al afectar el comportamiento de éstos, impacta sobre la trayectoria de transmisión de la enfermedad y, por tanto, tiene efectos negativos sobre toda la población. En pocas palabras, la desinformación, mata. Literalmente. No en vano los gobiernos -incluido el Perú- se han enfrascado también en una lucha contra este mal.

Precisamente el impacto de la desinformación y el rol de los líderes de opinión es lo que buscan entender los académicos L. Bursztyn (Chicago), A. Rao (Harvard), C. Roth (Warwick) y D. Yanagizawa-Drott (Zurich) en una reciente investigación sobre la propagación del en Estados Unidos. Para ello, analizan dos de los programas de noticias más populares de la televisión americana: uno que rechazó inicialmente los peligros asociados con el virus y otro que, por el contrario, informó de inmediato sobre los riesgos del coronavirus. Los investigadores encontraron que los televidentes del primer programa demoraron en adaptar su comportamiento para enfrentar la pandemia, a diferencia de lo ocurrido con los televidentes del otro programa. Esto, a su vez, tuvo consecuencias graves. Se tiene evidencia que entre los televidentes del programa que generó desinformación hubo no solo más personas contagiadas, sino también más muertes que en el otro grupo.

Frente a esta demoledora evidencia, ¿comprenderán los lideres de opinión peruanos la responsabilidad que tienen sobre sus hombros; no solo por la información que propagan, sino por el ejemplo que brindan a la población? Y aquí quiero ir más allá: en medio de la incertidumbre generada por la crisis que acompaña a la pandemia, propagar desinformación sobre acciones del gobierno o de terceros que puedan producir inestabilidad es particularmente dañino en estos momentos.

Entiéndase, las críticas son siempre bienvenidas, pero no las mentiras que azuzan a la población en este momento de vulnerabilidad. Estos tiempos nos demandan ser especialmente responsables. ¿Cómo parar esta otra pandemia? Recuerdan cuando Pilar Mazzetti, titular del comando de operaciones Covid-19, decía que cada uno de nosotros es a la vez enemigo -porque puede transmitir el virus- y soldado -porque nuestras acciones pueden también contenerlo. Pues bien, cuando te llegue esa información extraña a tu celular, no seas “enemigo”, no la reenvíes. Se el soldado que necesitamos.

El Comercio mantendrá con acceso libre todo su contenido informativo sobre el coronavirus.

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¿Qué es un coronavirus?

Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el covid-19.

En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.

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